¿Debo decir en mi trabajo que padezco Esclerosis Múltiple?
La Esclerosis Múltiple varía de persona a persona y sus efectos en el ámbito laboral pueden ser muy variables. En principio no sería una buena idea tomar decisiones importantes en un momento de gran afectación emocional, como lo es el momento del diagnóstico o la aparición de algunos síntomas. Hay que dejar pasar algún tiempo para recuperarse de los problemas inmediatos y que no influyan en exceso sobre la percepción del posible impacto en la consideración laboral y la carrera profesional. A continuación hay que buscar información que ayude a comprender la situación y todas las posibles implicaciones laborales de cualquier decisión.
Depende del afectado el comunicar o no el diagnóstico a los compañeros de trabajo o a su jefe. Legalmente no es obligatorio comunicar información, salvo en los supuestos en que la disminución afecte al trabajo concreto que se desempeña así como si afecta a la seguridad propia o de los demás trabajadores. Un argumento en favor de la comunicación puede ser el hecho de que pueden derivarse derechos económicos por la contratación de un empleado con una determinada minusvalía. Independientemente de ello, siempre prevalece el derecho del trabajador a la intimidad. En unas circunstancias ideales, es recomendable dar a conocer la enfermedad porque, además de poder tener la ayuda de los demás, el hecho de comunicarlo va a dotar al trabajador de una protección legal, ya que existen medidas que otorgan una protección especial al discapacitado. Además, de esta forma se pueden solicitar en caso de que se necesiten, adaptaciones como por ejemplo horario flexible, un teléfono adaptado u otra clase de ayudas. Las leyes para discapacitados recomiendan al empresario proporcionar condiciones razonables para la persona con discapacidad y protegerla legalmente. Las organizaciones sindicales y las asociaciones de pacientes de Esclerosis Múltiple podrán ayudarte en cualquier duda que tengas a este respecto.