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La Artritis Reumatoide es una enfermedad inflamatoria autoinmune crónica que afecta principalmente a las articulaciones causando dolor, hinchazón e incapacidad física. Esta enfermedad se caracteriza por un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular e hipertensión (presión arterial elevada).
La hipertensión es un factor de riesgo cardiovascular establecido. Los pacientes con Artritis Reumatoide hipertensos tienen el doble de riesgo de enfermedad cardiovascular en comparación con aquellos sin hipertensión. El uso de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos y corticoides, puede dificultar el control de la presión arterial. Esto refuerza la importancia de enfoques no farmacológicos centrados en mejorar el control de la hipertensión en pacientes con Artritis Reumatoide.
Los valores normales de presión arterial son cifras menores a 120/80 mmHg (donde 120 es la presión sistólica y 80 es la presión diastólica). Se denomina hipertensión o presión arterial alta cuando uno o ambos números son mayores a estas cifras durante varias tomas.
A pesar de la evidencia científica convincente que muestra los efectos beneficiosos del ejercicio sobre el control de la presión arterial en diferentes grupos de personas con diferentes enfermedades, todavía disponemos de escasa información sobre los efectos agudos del ejercicio sobre la presión arterial en personas con Artritis Reumatoide.
Se han publicado los resultados de un nuevo estudio realizado en la Universidad de São Paulo (Brasil) que exploró los efectos agudos del ejercicio sobre la presión arterial de mujeres con Artritis Reumatoide e hipertensión.
Este estudio ha demostrado que una sola sesión de ejercicio de caminata moderada durante 30 minutos, reduce la presión arterial sistólica en reposo y la respuesta de presión arterial sistólica frente al estrés en mujeres postmenopáusicas con Artritis Reumatoide.
Los autores del estudio creen que el efecto de estas sesiones de ejercicios puede llevar a la reducción permanente de la presión arterial sistólica. Sin embargo, este estudio no observó una reducción similar en la presión arterial diastólica.
Estos hallazgos refuerzan el papel beneficioso del ejercicio en el tratamiento de la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares en la Artritis Reumatoide.
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ARTRITIS REUMATOIDE
