Una revisión de la literatura científica publicada hasta el momento, nos resume la evidencia científica disponible sobre los efectos de los ejercicios aeróbicos y de resistencia sobre los factores de riesgo cardiovascular y sobre la función cardíaca y vascular de las personas con Artritis Reumatoide.
La Artritis Reumatoide es una afección inflamatoria autoinmune crónica caracterizada por síntomas, tales como: inflamación en las articulaciones, dolor y fatiga, todo esto contribuye a una discapacidad funcional y tiene un impacto negativo sobre la calidad de vida de estos pacientes.
La aparición de enfermedades cardiovasculares, tales como la hipertensión arterial, la obesidad, dislipemias o alteraciones de los niveles de grasas en sangre (triglicéridos y colesterol y la resistencia a la insulina es muy frecuente entre los pacientes con Artritis Reumatoide, pudiendo afectar hasta casi la mitad de esta población.
Los contribuyentes a un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular en estos pacientes pueden ser el aumento de aparición de estos factores de riesgo cardiovascular, así como la carga inflamatoria persistente en la Artritis Reumatoide.
Se están realizando esfuerzos considerables en desarrollar recomendaciones para paliar los efectos perjudiciales que conllevan el aumento de enfermedad cardiovascular en pacientes con Artritis Reumatoide.
Se han publicado una revisión narrativa que utiliza la evidencia científica procedentes de revisiones sistemáticas, meta-análisis, así como de ensayos clínicos que resume el efecto de un plan de ejercicio estructurado sobre los factores de riesgo cardiovascular, sobre la función y estructura cardíaca y vascular de las personas con Artritis Reumatoide.
La evidencia científica actual demuestra que participar en un plan de ejercicios continuado, es decir una actividad física estructurada, puede mejorar la salud de estos pacientes tanto desde el punto de vista subjetivo o del paciente como desde el punto de vista objetivo o evaluados mediante índices clínicos por el médico.
El ejercicio aeróbico y de resistencia provoca efectos beneficiosos significativos sobre los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular establecidos, tales como la hipertensión arterial, resistencia a la insulina, obesidad, caquexia reumatoide y da como resultado adaptaciones beneficiosas en la función y estructura de los sistemas cardíaco y vascular de estos pacientes.
Mantener una dosis de ejercicio suficiente para lograr efectos que mejores la salud requiere un cambio de estilo de vida en esta población y, por lo tanto, se requiere colaboración de los profesionales de la salud que entiendan las diferentes barreras a las que se enfrentan los pacientes con Artritis Reumatoide.
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