En las últimas décadas la “Hipótesis de la Higiene” va tomando mayor consistencia y soporte científico. En esta hipótesis se atribuye el drástico aumento de enfermedades autoinmunes y alérgicas que sufren los países desarrollados, a una reducción a la exposición de agentes infecciosos con cierta capacidad inmunoreguladora.
En 1989 Strachan propuso la “Hipótesis de la Higiene”, sugiriendo que el aumento de aparición de ciertas enfermedades crónicas, con alteración del sistema autoinmune, podría ser debido a una reducida exposición a microbios en la edad temprana como consecuencia de cambios medioambientales en el mundo industrializado. Entre éstos destacan la mejora del saneamiento y las condiciones de vida, las vacunaciones y el tratamiento antimicrobiano, junto con la disminución del tamaño de las familias y el cambio en la ingestión alimentaria.
En las últimas décadas, los países occidentales se están enfrentando a una creciente aparición de enfermedades alérgicas (Asma) y autoinmunes como Artritis Reumatoide, Crohn, Colitis Ulcerosa y Esclerosis Múltiple.
Se cree que la aparición de estas enfermedades es el resultado de una compleja interacción entre: predisposición genética, alteraciones del sistema inmunitario o de defensa y factores ambientales.
Los factores ambientales son altamente sospechosos del reciente incremento de aparición de trastornos crónicos inflamatorios, especialmente: el déficit de vitamina D, el tabaco, la contaminación del aire y la obesidad.
Por otro lado, está ampliamente demostrado que las infecciones desempeñan un papel importante en la autoinmunidad.
Es cada vez más evidente que los microorganismos infecciosos podrían ejercer una acción inmunomoduladora e inmunodepresora en el sistema inmunológico lo que resulta en un efecto protector contra las condiciones inmunes que se dan en enfermedades autoinmunes o alergias.
Los cambios a los que ha llevado la modernización en los países occidentales como: migración desde zonas rurales a grandes ciudades, el mejor saneamiento, acceso a agua potable, control en la producción de alimentos, las campañas de vacunación, etc. ha llevado a reducir nuestro contacto con microorganismos con los que hemos estado conviviendo durante miles de años. La menor exposición de nuestro cuerpo a estos microorganismos en los países industrializados por mejora de higiene promueve el desarrollo de trastornos inflamatorios crónicos y esto contribuye a su reciente aumento.
El concepto de “higiene” en la “Hipótesis de la Higiene” se refiere a los cambios en nuestro estilo de vida correspondiente a la “industrialización” y que conlleva mayores niveles de higiene. Esto implica que gérmenes de la reciente modernización han eliminado nuestro “microbioma” es decir, los microbios con los que habitualmente estamos en contacto. La desaparición de estos organismos de nuestro medio ambiente, nos priva de sus propiedades moduladoras de sistema inmune y habría contribuido al reciente crecimiento de trastornos autoinmunes en los países occidentales.
La composición de nuestra microbiota intestinal o flora intestinal (conjunto de bacterias que viven en nuestro intestino), depende fuertemente de nuestro entorno, principalmente de nuestros contactos con diferentes tipos de organismos. Se ha demostrado que la microbiota intestinal juega un papel crítico en la regulación de la respuesta inmune. Por lo tanto, cualquier factor que causa una alteración de la microbiota puede afectar el equilibrio de nuestro sistema inmune y de esta forma, promover el desarrollo de las enfermedades inflamatorias crónicas. La migración de la población desde las zonas rurales, en contacto con los animales y la flora ambiental, a zonas urbanas más desinfectadas, ha afectado a la diversidad de la microbiota y es probable que favorezca la aparición de trastornos autoinmunes.
Estudios anteriores han demostrado que una dieta occidental, el uso generalizado de antibióticos, y el nacimiento por cesárea son factores que alteran la microbiota intestinal.
Por lo que, la erradicación de la mayoría de estos «viejos amigos» de nuestro entorno puede haber contribuido al aumento reciente de trastornos inflamatorios en los países occidentales.
Los prometedores resultados de los estudios epidemiológicos, experimentales y clínicos, llevados a cabo en diferentes enfermedades autoinmunes sobre la alteración de la microbiota, proporcionan un potencial terapéutico innovador.
Versini M et al. Unraveling the Hygiene Hypothesis of helminthes and autoimmunity: origins, pathophysiology, and clinical applications. BMC Med. 2015 Apr 13;13:81. http://ow.ly/Nlupd