El estudio, recién publicado, procede del análisis de más de 1.400.000 historias clínicas de adultos escoceses, lo que representa un tercio del total de la población. Su objetivo era medir la prevalencia de enfermedades que se pueden asociar al asma en adultos.
De las 39 enfermedades que se analizaron en base a antecedentes publicados en la literatura médica, 36 resultaron tener una frecuencia de aparición más alta que en el resto de la población. En términos absolutos, las enfermedades asociadas al asma (comorbilidades) con mayor porcentaje de aparición resultaron ser la EPOC, presente en un 13,4% frente al 3,1%, la depresión (17,3% frente a 9,1%), síndromes dolorosos (15,4% frente a 8,4%) y la dispepsia (10,9% frente a 5,2%).
Cuando se analiza en forma relativa, es decir, en términos de cuantas veces es mayor la aparición en personas con asma, la EPOC y bronquiectasias, eczema, dispepsia y sinusitis crónica se situaban a la cabeza de los problemas estudiados.
La asociación de asma y EPOC puede deberse a aquellas personas que padecen el llamado síndrome de solapamiento asma-EPOC y a las personas con asma que desarrollan EPOC relacionada con el tabaquismo. En ambos casos, la aparición de la EPOC debería poder evitarse o bien con un tratamiento correcto del asma para reducir el riesgo de infecciones derivadas del uso de corticoides inhalados, o evitando el tabaco.
La relación del asma con la dispepsia y el reflujo podría deberse a un mayor diagnóstico de este problema en personas en seguimiento médico, pero también puede derivarse del uso de medicamentos como los corticoides.
Los problemas de salud mental como la depresión y la ansiedad, resultaron especialmente relevantes en este análisis, ya que además de su frecuente aparición, doblan prácticamente en porcentaje a la de la población general. Como en otras enfermedades crónicas este hecho hace que deba prestarse especial atención a la búsqueda y diagnóstico de problemas que, como la depresión, tienen gran impacto sobre la calidad de vida.