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25 enero, 2022 in-pacient.es

 

Casi el 90% de los pacientes con Artritis Reumatoide pueden sufrir fatiga y, en alrededor de un 40% de ellos, esta fatiga puede ser a un nivel clínicamente importante o presentarse como fatiga severa. La fatiga es diferente al cansancio normal, los pacientes la perciben como un síntoma que impacta de forma importante sobre diferentes aspectos de su vida cotidiana, hasta describirla como falta de energía y de motivación abrumadora.

Actualmente la fatiga es una medida de los resultados y del control de la Artritis Reumatoide. Sin embargo, los pacientes consideran que a pesar de los tratamientos novedosos que controlan con éxito la actividad de la enfermedad y los síntomas, incluso el dolor, la fatiga sigue siendo un problema no resuelto a día de hoy. El tratamiento de la Artritis Reumatoide con fármacos biológicos puede reducir el nivel de fatiga pero, a efectos reales, parece que su efecto es pequeño. La disminución de la fatiga está impulsada, por ejemplo, por mejoras en el dolor y la depresión y no por cambios en la actividad inflamatoria de esta enfermedad.

En un nuevo estudio de reciente publicación, se demuestra que los niveles de fatiga están relacionados con el nivel de actividad de la enfermedad. Esto puede explicarse por la inflamación. La fatiga en la Artritis Reumatoide activa, puede ser consecuencia comprensible de un mayor requerimiento de energía para las actividades físicas debido a la inflamación de las articulaciones, el dolor y la debilidad muscular. En los pacientes con alta actividad de la Artritis Reumatoide la fatiga puede reducirse mediante un control exitoso de la inflamación. Sin embargo, la fatiga persiste en algunos pacientes con bajo nivel de actividad de su enfermedad, por lo que se sugiere que  existe un mecanismo independiente de la inflamación que afecta a los niveles de fatiga en este subgrupo de pacientes.

Investigaciones previas han demostrado que el funcionamiento físico, el estado psicoemocional, los trastornos del sueño, el dolor, la depresión y la ansiedad son variables independientes asociadas a la fatiga. Estos factores y los problemas de la vida personal afectan de forma diferente entre los pacientes y en el propio individuo a lo largo del tiempo. Por lo tanto, la salud general percibida por los pacientes dependerá en cierta medida de factores que no siempre son específicos de la propia enfermedad, como por ejemplo: edad, género, motivación, concentración, dolor, trastornos del sueño, funcionamiento físico, reducción de la actividad, etc. Esto nos lleva a concluir que existen factores específicos y no específicos de la Artritis Reumatoide que influyen sobre los niveles de fatiga y esto requiere un enfoque multidimensional. 

A pesar de todo, el tema de la fatiga rara vez es objetivo del tratamiento en la Artritis Reumatoide y se aborda poco o muy poco durante las consultas entre pacientes y profesionales de la salud. Con los nuevos tratamientos disponibles para la gestión de la Artritis Reumatoide se puede lograr la remisión, sin embargo, la fatiga sigue siendo uno de los síntomas más debilitantes para algunos pacientes.

En conclusión, en algunos pacientes la fatiga y la actividad de la Artritis Reumatoide están relacionadas, pero esto no es así en todos los casos ya que en algunos pacientes la actividad de la enfermedad está ausente. Por lo tanto, los pacientes con fatiga no siempre necesitan más medicación o cambio en su tratamiento de la Artritis Reumatoide. Existe la necesidad de un enfoque más personalizado para mejorar aún más la gestión y control de la fatiga en la Artritis Reumatoide.

 

Versteeg GA et al. Fatigue is associated with disease activity in some, but not all, patients living with rheumatoid arthritis: disentangling «between-person» and «within-person» associations. BMC Rheumatol. 2022 Jan 7;6(1):3. doi: 10.1186/s41927-021-00230-2.

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