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La afectación cognitiva puede estar presente en mayor o menor grado en la evolución de la Esclerosis Múltiple. Un estudio recientemente publicado en la revista Multiple Sclerosis pretende establecer hasta qué punto dicha afectación puede reducirse en función del nivel de «reserva cognitiva» de la persona.
A pesar de que según los estudios, la afectación cognitiva puede estar presente entre un 35 y un 70% de las personas con Esclerosis Múltiple y de que depende en gran medida del daño cerebral difuso que puede observarse con la resonancia magnética, su impacto sobre las habilidades cognitivas es muy variable. En otras enfermedades se ha acuñado el término de «reserva cognitiva» para explicar las diferencias con que las personas pueden afrontar las consecuencias de los déficits cognitivos mediante el uso de mecanismos compensatorios nuevos o preexistentes.
Estudios previos ya habían demostrado cómo el enriquecimiento intelectual, el vocabulario, el nivel de empleo o una combinación de ellos puede proteger a los pacientes con Esclerosis Múltiple frente a las consecuencias de la evolución de la enfermedad sobre las capacidades cognitivas. Este estudio además se ha planteado como objetivo valorar si existen relaciones entre reserva cognitiva y función cognitiva contrastándolas con la medida del daño cerebral mediante Resonancia Magnética.
El estudio incluyó a 54 personas con esclerosis múltiple y 20 controles sin enfermedad en los que se valoró el índice de reserva cognitiva y se observó la evolución de la función cognitiva y la posible atrofia cerebral durante 2 años. A pesar de que el nivel de afectación cognitiva inicial estaba bastante relacionado con el grado de atrofia de varias zonas del cerebro, el nivel de reserva cognitiva determinaba en gran medida las variaciones en memoria y fluidez verbal. En este sentido se observaron relaciones interesantes entre el nivel de reserva cognitiva y el volumen talámico. A partir de la situación al inicio, los cambios en la memoria y capacidad de atención se vinculaban fundamentalmente a las variaciones locales o globales de la masa cerebral y las lesiones de la enfermedad.
Los autores del estudio concluyen que en la Esclerosis Múltiple, la Reserva Cognitiva puede jugar un papel protector a la hora de preservar las funciones cognitivas moderando el efecto de las lesiones sobre la función cognitiva e intelectual. Estos hallazgos podrían llevar al desarrollo de nuevas estrategias de intervención dirigidas al enriquecimiento intelectual y potenciación de la reserva cognitiva individual como formas de ayudar a moderar el impacto de la enfermedad.
ESCLEROSIS MULTIPLE
