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8 marzo, 2023 in-pacient.es

La Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) , que incluye la enfermedad de Crohn y la Colitis Ulcerosa, es un trastorno inflamatorio crónico progresivo y recurrente de causa desconocida.

Datos epidemiológicos indican que la dieta puede desempeñar un papel importante a nivel del riesgo de desarrollar una EII y también tiene impacto en el curso de esta enfermedad.

La dieta mediterránea se define como hábitos alimentarios caracterizados por alto consumo de alimentos vegetales, principalmente verduras, frutas y cereales, alimentos integrales, aceite de oliva y pequeñas porciones de productos lácticos y carne y una ingesta de pescado y vino moderada.

Aunque existen estudios que respaldan diferentes efectos favorables de la dieta mediterránea sobre la EII, el cumplimiento o adherencia por parte de los pacientes es generalmente bajo, incluyendo las personas que viven en la cuenca mediterránea.

Una nueva revisión crítica de la literatura analiza el posible papel de la dieta mediterránea en el curso de la EII y la evidencia disponible.

La dieta mediterránea puede reducir la inflamación y afecta positivamente al microbioma intestinal y, por otro lado, se ha demostrado que este tipo de dietas reduce los biomarcadores de la inflamación y el estrés oxidativo.

El aumento de consumo de grasa total, grasa animal y ácidos poliinsaturados se ha relacionado con mayor incidencia de EII. Un alto consumo de fibra dietética, particularmente frutas y verduras, se ha relacionado con menor riesgo de enfermedad de Crohn.

La deficiencia de vitamina D es muy frecuente entre pacientes con EII. Tomar complementos de esta vitamina y con niveles normales, se disminuye el riesgo de Crohn.

El hábito de fumar y algunos medicamentos (antibióticos, antiinflamatorios no esteroideos, anticonceptivos orales y reemplazo hormonal) pueden aumentar el riesgo de desarrollar EII, pero el riesgo parece pequeño.

Aunque una serie de evidencias avalan un efecto protector de la dieta mediterránea de algunas enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares, trastornos metabólicos, ciertos tipos de cáncer, alergias y enfermedad de Parkinson y Alzheimer, el impacto de la dieta mediterránea sobre el curso de la EII sigue sin estar claro.

Hasta le fecha no existe evidencia significativa de que la dieta mediterránea pueda modificar por sí sola el curso de la enfermedad (reducción del número de brotes, hospitalizaciones, y la necesidad de tratamientos adicionales o cirugía). En consecuencia, las guías no recomiendan hasta la fecha ningún tipo de dieta como única estrategia de tratamiento en personas con  EII.

Las personas con enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa deben reducir la toma de emulsionantes, espesantes, maltodextrina, edulcorantes artificiales y alimentos procesados ya que ciertos aditivos alimentarios pueden aumentar la permeabilidad intestinal y los marcadores inflamatorios. Se debe alentar a los pacientes que cumplan con una dieta sana y equilibrada de acuerdo con la tolerancia individual a los diferentes productos.

Esta nueva revisión propone algunas modificaciones sobre la dieta mediterránea para personas con EII:

  • Las personas con EII deben elegir frutas y verduras fáciles de digerir, que se puedan pelar y cocinar ligeramente.
  • No tomar pan integran, pasta, arroz, cuscús y otros cereales. Sin embargo, si estos se toleran bien, no hay ningún problema en tomarlos
  • Las nueces y las semillas se tolerarán mejor si son molidas.
  • Se deben evitar los productos lácteos enteros y desnatados. Los alimentos enteros contienen muchos ácidos grasos saturados y los desnatados son pobres en vitaminas, por lo tanto es mejor los semidesnatados.
  • Los huevos duros, revueltos o fritos pueden ser difíciles de digerir. Será mejor huevos pasados ​​por agua o huevos escalfados.
  • Deberemos ser cautos con el consumo de las legumbres. La mayoría son difíciles de digerir por su alto contenido en fibra. Una opción para personas con EII serán las lentejas, el tempeh o el tofu.

En resumen, la dieta mediterránea puede ser un elemento beneficioso que influye en el curso de la enfermedad y la calidad del estilo de vida en personas con EII. De hecho, la dieta mediterránea reduce la inflamación y disminuye el riesgo de otras enfermedades, como por ejemplo las enfermedades cardiovasculares.

Sin embargo, algunos productos de la dieta mediterránea pueden no ser bien tolerados por las personas con EII. Por este motivo, al introducir este tipo de dieta en personas con Crohn o Colitis Ulcerosa, se debe prestar atención a su tolerancia.

Por lo tanto, la dieta mediterránea debe ser personalizada para cada paciente con el objetivo de reducir el malestar y mejorar el curso de su enfermedad.

Ratajczak AE et al. Should the Mediterranean diet be recommended for inflammatory bowel diseases patients? A narrative review. Front Nutr. 2023 Jan 10;9:1088693. doi: 10.3389/fnut.2022.1088693.

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