En una publicación reciente se realiza una revisión de la información existente sobre diferentes enfermedades psiquiátricas, como la depresión, la psicosis, trastornos de ansiedad, trastornos del sueño y los déficits cognitivos en pacientes con enfermedad de Parkinson.
En los últimos años se ha considerado que los síntomas motores de la enfermedad de Parkinson son solo la punta del iceberg de las manifestaciones clínicas de esta enfermedad. Junto a ellos pueden aparecer otros muchos síntomas como el deterioro cognitivo (pérdida de la memoria, atención y velocidad de procesamiento de la información), los trastornos psiquiátricos (depresión, psicosis, etc) dificultades para dormir, problemas gastrointestinales, cardiovasculares, urinarios, dolor etc. A menudo los trastornos del comportamiento es el síntoma no motor más común en la enfermedad de Parkinson
Se sugiere que en la enfermedad avanzada los síntomas no motores dominan el cuadro clínico y se asocian con una discapacidad grave, deterioro de la calidad de vida y una esperanza de vida más corta.
La evidencia también sugiere que los trastornos psiquiátricos se asocian a una peor evolución de la enfermedad.
Depresión
La depresión es muy común en la enfermedad de Parkinson. El riesgo de depresión en Parkinson es más del doble que en la población general.
En base a la evidencia existente ante un paciente de Parkinson que presente signos de depresión los pasos a seguir serían:
- Evaluar la posible relación entre la depresión y el tratamiento que está recibiendo para el control de su enfermedad y si precisa ajustar las dosis.
- Si esto no ayuda y el paciente tiene depresión leve se debe valorar el uso de intervenciones psicoterapéuticas como la psicoterapia de apoyo o terapia cognitivo-conductual con técnicas de psicología científica. Este tipo de terapias abordan y modifican la forma de entender cómo y qué piensa uno acerca de sí mismo, de otras personas y del mundo que le rodea, y cómo lo que uno hace afecta a sus pensamientos y sentimientos.
- En los casos de depresión moderada-severa se debe realizar una valoración para iniciar tratamiento con fármacos específicos.
Trastornos de la ansiedad
La ansiedad es también, un síntoma frecuente. Los trastornos de ansiedad más comunes en los pacientes con Parkinson son: los trastornos de pánico, trastornos de ansiedad generalizada y la fobia social, aunque algunos autores sugieren que el trastornos de ansiedad más común es la ansiedad no específica.
Los factores de riesgo son: género femenino, inicio temprano de la enfermedad de Parkinson, síntomas depresivos, peor calidad de sueño, gravedad de la enfermedad, inestabilidad postural, disfunción de la marcha, mayor fluctuación motora, distonía matutina, padecer varios de los síntomas a la vez y experimentar discinesias.
Algunos fármacos que controlan la enfermedad de Parkinson pueden ser la causa de aparición de los síntomas de ansiedad. Por este motivo se deberá evaluar y si es necesario ajustar la dosis o reemplazar la medicación en caso que no se toleren los efectos secundarios.
Las medidas no farmacológicas como la psico-educación, prácticas de relajación, mejora en los hábitos de sueño, y medidas sociales para la adaptación a la enfermedad de Parkinson también pueden ser valorados antes de iniciar un tratamiento específico.
Psicosis
La psicosis no se considera como un síntoma típico o primario de la enfermedad de Parkinson.
Deberá valorarse la relación de la piscosis con el tratamiento del Parkinson y en tal caso reducir o ajustar dosis.
Según la evidencia, se considera que la clozapina es la mejor opción para el manejo de la psicosis en pacientes con Parkison.
Déficits cognitivos
Se considera como déficit cognitivo a la pérdida de memoria, dificultad para planificar las tareas cotidianas, mantener una conversación, encontrar las palabras al hablar, tener iniciativa para realizar actividades, etc. que caracteriza a un proceso de demencia.
La demencia es bastante común en la enfermedad de Parkinson, especialmente en las últimas etapas.
El deterioro cognitivo menos gravedad también es común en los pacientes con Parkinson sin demencia, designado como deterioro cognitivo leve. La tasa de aparición de demencia es variable e incrementa entre 4-6 veces en comparación a población general.
Trastornos del sueño en la enfermedad de Parkinson
Los trastornos del sueño son muy frecuentes en los pacientes con enfermedad de Parkinson y tienen un impacto negativo significativo en su calidad de vida.
Los trastornos del sueño en la enfermedad de Parkinson se pueden mostrar como:
- Manifestaciones durante el día: somnolencia diurna excesiva
- Alteraciones del sueño nocturno: perturbación del sueño nocturno (insomnio o apnea del sueño); trastornos del movimiento relacionados con el sueño (síndrome de piernas inquietas) y parasomnias (movimientos anormales y antinaturales, comportamiento o percepciones mientras está dormido)
En general, somnolencia excesiva diurna se asocia con un aumento de tres veces en el riesgo de desarrollar enfermedad de Parkinson.
El manejo de los trastornos del sueño implica un diagnóstico adecuado, por consiguiente es importante obtener una historia del paciente y del compañero de cama. Se debe revisar los medicamentos que tome el paciente, la existencia de otras enfermedades y sus hábitos de sueño.
Es importante saber que la levodopa a dosis altas puede estar asociada con el deterioro del sueño. La asociación de agonistas dopaminérgicos con levodopa puede causar sedación diurna excesiva, dependiendo de la dosis.
Una vez evaluados estos temas se deberá valorar, por parte de un especialista, la actitud adecuada para cada paciente.
Anhedonia
Se entiende por anhedonia la incapacidad para experimentar placer, pérdida de interés o satisfacción en casi todas las actividades.
A pesar que la anhedonia se entiende como un síntoma de la depresión en pacientes con enfermedad de Parkinson, algunos estudios sugieren que si bien existe una fuerte correlación entre las dos, en muchos pacientes podemos detectar ahedonia con ausencia de depresión.En otros estudios la relacionan con la apatía.
Los estudios sobre la relación de la anhedonia y la gravedad de los síntomas motores no son concluyentes.
La gestión de la anhedonia es independiente de la depresión.
Apatía
La apatía se entiende como una reducción de interés y participación, falta de iniciativa con problemas en el inicio o mantenimiento de una actividad hasta su ejecución, falta de interés o indiferencia, incluyendo indiferencia afectiva.
La evidencia sugiere que la apatía en la enfermedad de Parkinson no está relacionada con la depresión, la ansiedad o la gravedad de los síntomas motores.
La evidencia reciente sugiere que en los pacientes no dementes y no deprimidos, la apatía puede ser un predictor del deterioro cognitivo y de la demencia en la enfermedad de Parkinson.
Trastornos obsesivos-compulsivos
Son aquellos trastornos caracterizados por pensamientos intrusivos, recurrentes y persistentes, que producen inquietud, aprensión, temor o preocupación, y conductas repetitivas, denominadas compulsiones, dirigidas a reducir la ansiedad asociada.
Estudios recientes han informado de una tasa de prevalencia a lo largo de la vida de entre un 35,9 a 60% en pacientes con Parkinson.
Puede presentarse como: juego patológico, compra compulsiva y trastornos de la alimentación.
Los factores de riesgo asociados con actos compulsivos son: inicio temprano de la enfermedad de Parkinson, personalidad impulsiva, baja calidad de vida y el uso de agonistas dopaminérgicos (dosis y duración del tratamiento)
Síndrome de desregulación de dopamina
Son aquellos síntomas que aparecen debido a la exposición durante mucho tiempo de un tratamiento con dopamina.
Los datos sugieren que algunos pacientes desarrollan adicción a los fármacos agonistas de la dopamina La prevalencia es de aproximadamente 4,03% de los pacientes. Aparece como trastornos de la conducta adictivos.
Los factores de riesgo son: inicio temprano de la enfermedad, mayor duración de ésta, uso de dosis altas de agentes dopaminérgicos, síntomas depresivos, carácter impulsivo e historia de consumo de alcohol.
Comportamiento suicida
En comparación con otros aspectos, hay poca información disponible sobre el comportamiento suicida en pacientes con enfermedad de Parkinson
Los factores de riesgo a un comportamiento suicida incluyen: la depresión, la ansiedad, la desesperanza, nivel de escolaridad, la edad de inicio de la enfermedad de Parkinson, duración de la enfermedad y la historia personal de trastornos del control de impulsos.
Conclusiones:
La enfermedad de Parkinson no debe considerarse sólo como un trastorno motor, los síntomas no motores son muy frecuentes en esta enfermedad. Entre los diferentes síntomas no motores, los trastornos psiquiátricos son muy frecuentes y se asocian con un deterioro en la calidad de vida de los pacientes y de su entorno.
Existe la necesidad de identificar estos síntomas y tratarlos de forma adecuada para optimizar los resultados.
La gestión integral de la enfermedad de Parkinson requiere de un enfoque interdisciplinar en el que se deben incluir a profesionales de la salud especializados en enfermedades mentales.
Además los síntomas psiquiátricos pueden estar asociados a la medicación utilizada para la gestión de los síntomas motores.
Los datos disponibles sugieren que disponemos de muy pocos estudios que hayan evaluado la eficacia de fármacos y tratamientos psicológicos para el control y manejo de las manifestaciones psiquiátricas de la enfermedad de Parkinson
Existe una necesidad de mejorar la compresión de estos fenómenos.
Grover S et al.
Psychiatric aspects of Parkinson’s disease.
J Neurosci Rural Pract. 2015 Jan;6(1):65-76.(Acceso a texto en inglés) http://ow.ly/IHy9L