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7 mayo, 2020 in-pacient.es

Un  nuevo estudio de la Universidad Johns Hopkins en colaboración con la sociedad norteamericana de Esclerosis Múltiple ha puesto en evidencia que los pacientes con esclerosis múltiple (EM) y que son obesos experimentan una degeneración más rápida en su tejido del nervio óptico que los de peso normal.

Independientemente del impacto sobre la visión, y dado que la neuropatía óptica se correlaciona con una mayor pérdida de células nerviosas en el cerebro, el estudio es especialmente relevante a la hora de determinar la importancia de los cambios de estilo de vida,  en la evolución de la EM. El estudio además sugiere que el seguimiento de los cambios en la retina pueden ser un instrumento para la valoración de la evolución de la enfermedad.

Estudios anteriores ya habían sugerido que la obesidad se asocia con una mayor discapacidad y la progresión de la Esclerosis Múltiple, así como con déficits cognitivos. Por otra parte, la degeneración de determinadas capas celulares de la retina, se correlacionan con  una mayor atrofia cerebral y otros resto de marcadores de evolución de la EM. Estos antecedentes llevaron al grupo de investigadores a plantearse si la obesidad en la EM también aumentaba el daño y la pérdida de neuronas en esta región del ojo.

El estudio incluyó a 513 participantes con Esclerosis Múltiple  que se clasificaron como de peso normal (214 pacientes), sobrepeso (153) u obesidad (146), según su índice de masa corporal (IMC). El daño del nervio óptico se evaluó mediante la llamada  tomografía de coherencia óptica (OCT), que utiliza ondas de luz para obtener imágenes de la retina en sección transversal, y que permite trazar un mapa y medir el grosor de las capas del ojo.

Tras determinar el grosor de la retina al inicio y tras un seguimiento durante 4,4 años, se observó que los pacientes obesos exhibieron una atrofia más rápida que aquellos con peso normal. De hecho, estos pacientes experimentaron una reducción de 0,57% en el espesor cada año, en comparación con 0.42% para pacientes de peso normal. Las diferencias observadas entre el grupo de personas con sobrepeso no fueron significativamente relevantes respecto al grupo con peso normal. Además del peso corporal, factores como ser afroamericano, varón y padecer formas progresivas de la enfermedad también se asociaron de forma independiente con una degeneración más rápida.

Al valorar el Índice de Masa Corporal (IMC) como una variable continua, sin separar los participantes en grupos, los datos mostraron que por cada aumento de una unidad en las puntuaciones de IMC, la atrofia se aceleraba en un 0.011% cada año. Según los investigadores, los hallazgos del estudio están de acuerdo con trabajos previos que demuestran que los pacientes con EM con un IMC elevado exhiben una progresión más rápida de la enfermedad, incluida la atrofia cerebral acelerada y peores resultados en la deambulación y la discapacidad global.

Los resultados del estudio sugieren que los cambios en el estilo de vida dirigidos a reducir la grasa corporal y el IMC pueden mejorar la evolución de los pacientes con EM, y que medir la atrofia de la retina puede ser una forma factible de monitorizar su efectividad.

Filippatou, A. G., Lambe, J., Sotirchos, E. S., Fitzgerald, K. C., Aston, A., Murphy, O. C., Saidha, S. Association of body mass index with longitudinal rates of retinal atrophy in multiple sclerosis. Multiple Sclerosis Journal, April 16 2020

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