La Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) es un estado inflamatorio crónico del tracto gastrointestinal, caracterizado por cambios en la mucosa intestinal y alteraciones del microbioma o flora intestinal.

Sabemos que la alteración en la composición del microbioma intestinal está involucrada en el origen de muchas enfermedades gastrointestinales, entre ellas la EII. El microbioma es diferente y cambiante en diferentes etapas de la enfermedad. El desequilibrio en el microbioma puede llevar a diarreas y desencadenar los síntomas comunes de la EII y, por otro lado, la diarrea a su vez puede agravar el desequilibrio de la flora intestinal.

Existe evidencia científica creciente de que el microbioma intestinal podría modular las funciones cerebrales y el comportamiento a través del eje intestino-cerebro. Este eje es un vínculo bidireccional que involucra a funciones cognitivas del cerebro y funciones gastrointestinales mediante diferentes vías directas e indirectas.

La alteración del equilibrio del microbioma, conocida como disbiosis, puede tener un impacto significativo sobre la respuesta al estrés y estos cambios pueden revertirse parcialmente por la colonización intestinal. Es decir, la variedad y composición del microbioma estarían asociados a un comportamiento similar a la ansiedad y/o a la depresión.

Se ha demostrado que la enfermedad de Crohn se asocia con trastornos emocionales como la depresión y la ansiedad. Más de la mitad de los pacientes con enfermedad de Crohn pueden presentar síntomas de ansiedad, depresión o ambas. Por lo tanto, si la depresión y la ansiedad pueden estar relacionados con el eje intestino-cerebro, mantener el microbioma intestinal normal en pacientes con Crohn podría ayudar a prevenir estos trastornos psicológicos.

Se han publicado los resultados de un estudio que tuvo como objetivo evaluar el impacto de los probióticos sobre la diarrea de pacientes con Crohn y su función reguladora de los trastornos del estado de ánimo mediante el eje intestino-cerebro. Los participantes del estudio fueron pacientes con diagnóstico confirmado de enfermedad de Crohn, con edades entre 22 y 54 años y con diarrea crónica.

Según los resultados de este estudio, el efecto beneficioso de la intervención con probióticos fue selectivo para la reactividad cognitiva, o capacidad de reacción del paciente a la depresión y no a los síntomas depresivos comunicados por el paciente. Esto indica que la mejora del estado de ánimo después de la administración de probióticos solo ocurrió en los participantes que mostraron síntomas depresivos al inicio del estudio. Con la introducción de probióticos mejoraron todos los síntomas de diarrea lo que implica que estos pacientes tenían un microbioma intestinal equilibrado después de recibir probióticos.

En conclusión, y según los resultados de este estudio, al controlar los síntomas de la diarrea mediante la regulación del microbioma intestinal, los pacientes con enfermedad de Crohn tenían mejor reactividad cognitiva a la tristeza.

Wu L et al. The effect of multispecies probiotics on cognitive reactivity to sad mood in patients with Crohn’s disease.  J Functional Foods 2021 April 28, 104431 [In Press]

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