Investigaciones previas han demostrado que el ejercicio mejora la movilidad (velocidad de la marcha, longitud del paso y la capacidad para caminar), el equilibrio y la calidad de vida de los pacientes con Parkinson. Sin embargo, a día de hoy tenemos preguntas pendientes de respuesta sobre la intensidad del ejercicio, la duración, el tipo, etc.
El ejercicio que recomiendan los profesionales de la salud para este tipo de pacientes son programas individualizados que pueden incluir parte de los ejercicios realizados en el hogar y parte en un centro. Lo que sí se sabe es que el programa de ejercicios recomendado debe ser mantenido durante un largo período de tiempo.
Hasta la fecha, ninguna revisión ha investigado específicamente la eficacia del ejercicio prescrito para realizarlo en el hogar en los pacientes con Parkinson.
Se ha realizado una revisión de los estudios realizados hasta el momento para encontrar respuesta a dos preguntas: ¿El ejercicio prescrito y realizado en el hogar mejora el equilibrio y la calidad de vida de los pacientes de Parkinson? y ¿Los efectos del ejercicio realizado en casa equivalen a los realizados en un centro sanitario?
En abril de 2019 se realiza una revisión sistemática y meta-análisis sobre los estudios relacionados con Parkinson y ejercicio.
Los resultados de esta revisión proporcionan evidencia de que el ejercicio prescrito por un profesional sanitario para realizar en el hogar, mejora el equilibrio y la velocidad de la marcha en pacientes de Parkinson con enfermedad leve o moderada sin déficit cognitivo, aunque el beneficio no se mantuvo más allá del período de intervención, esto responde a la primera pregunta que se planteó esta revisión.
En cuanto a la segunda pregunta, los resultados indican que cuando el tipo de ejercicio y la dosis son equivalentes, los efectos sobre el equilibrio y la calidad de vida son similares entre el ejercicio prescrito en el centro o en el hogar inmediatamente después de la intervención. Los investigadores no han podido determinar si estos beneficios se mantienen en el tiempo más allá del período de intervención por datos insuficientes.
Los resultados de esta revisión respaldan el ejercicio domiciliario mínimamente supervisado para mejorar el equilibrio en personas con enfermedad de Parkinson de leve a moderada sin deterioro cognitivo sustancial.
El ejercicio en el hogar, mínimamente supervisado, no se recomienda en personas con Parkinson avanzado, especialmente aquellos con deterioro cognitivo y congelación de la marcha.
En resumen:
Se sabe que el ejercicio mejora la movilidad, el equilibrio y la calidad de vida de los pacientes de Parkinson. Dada la naturaleza progresiva de la enfermedad, un plan de ejercicios debe mantenerse durante un largo período de tiempo con mínimos recursos . Esto se cumple potencialmente con la realización de ejercicios en el hogar.
Esta revisión confirma que el ejercicio realizado en el hogar, y siguiendo las indicaciones de los profesionales de la salud, tiene efectos similares al ejercicio realizado en un centro en relación al equilibrio, la velocidad de la marcha y la calidad de vida de los pacientes de Parkinson.