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La Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) abarca afecciones inflamatorias intestinales crónicas como la Colitis Ulcerosa y la enfermedad de Crohn. Los síntomas clínicos más comunes son el dolor abdominal, la diarrea y la pérdida de peso. Además pueden ocurrir manifestaciones extraintestinales afectando a los ojos, las articulaciones y otras áreas incluso antes de aparecer los síntomas intestinales.
Sabemos que tanto los factores genéticos como los ambientales desempeñan un papel importante en el desarrollo de la EII. La inflamación de la mucosa intestinal provoca un agotamiento rápido de los nutrientes y del oxígeno provocando una falta de oxígeno o hipoxia. La EII también reduce el suministro de sangre al intestino y el suministro de oxígeno a través de defectos microvasculares, lo que lleva a una hipoxia o falta de oxígeno de la mucosa.
Aunque ha habido un gran progreso en el tratamiento de la EII, aún se necesita avanzar más. Dada la naturaleza incurable de la EII y los posibles efectos secundarios de los tratamientos disponibles, es importante encontrar algunos tratamientos complementarios.
En los últimos años ha habido un aumento de la investigación sobre el uso del tratamiento con oxígeno hiperbárico. La oxigenoterapia hiperbárica consiste en la inhalación de oxígeno (puro) al 100% a altas presiones en un espacio especial llamado cámara hiperbárica, lo que conlleva un aumento del nivel de oxígeno en sangre y en los tejidos. Este tipo de tratamiento reduce la hipoxia o falta de oxígeno en los tejidos y el edema o inflamación.
Recientemente se han publicado los resultados de una revisión integral de los estudios experimentales y ensayos clínicos que exploran el tratamiento con oxígeno hiperbárico como complemento de las estrategias de tratamiento de la EII.
Se han realizado varios estudios experimentales y ensayos clínicos que demuestran la eficacia del tratamiento con oxígeno hiperbárico como complemento al tratamiento médico de la EII. Una revisión sistemática también confirmó que la oxigenoterapia hiperbárica es una opción de tratamiento relativamente segura para pacientes con EII. La oxigenoterapia hiperbárica puede reducir el estrés oxidativo (consiste en la existencia de moléculas dañinas para las células y los tejidos llamadas radicales libres y no hay suficiente antioxidantes para eliminarlas); la oxigenoterapia hiperbárica puede suprimir la inflamación, proteger la barrera epitelial intestinal al reducir el daño intestinal y mejorar el suministro de sangre; por último, puede afectar a los microorganismos intestinales (microbiota) para lograr efectos terapéuticos.
Sin embargo, esta nueva revisión encontró investigaciones experimentales limitadas por lo que los mecanismos específicos del tratamiento con oxígeno hiperbárico para la EII aún no están claros. La mayoría de los ensayos clínicos incluyeron una pequeña cantidad de pacientes y la seguridad y la eficacia de la oxigenoterapia hiperbárica en el tratamiento de la EII necesita aún más investigación.
En conclusión, se necesita más investigación sobre la eficacia terapéutica de la oxigenoterapia hiperbárica en la EII. Por un lado, son necesarios más estudios experimentales para validar la eficacia de la oxigenoterapia hiperbárica como método de tratamiento. Por otro lado, se necesitan ensayos clínicos controlados, ciegos y aleatorios adicionales para evaluar su seguridad y eficacia y, al mismo tiempo establecer protocolos de tratamiento. Estos esfuerzos generarán perspectivas terapéuticas ampliadas para el tratamiento de la EII.
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