Vivir con una Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) puede ser exigente y estresante, y esto puede ser una amenaza para la identidad de una persona, en especial para su autoestima. Un estudio transversal, con la participación de 9 centros hospitalarios noruegos, ha investigado la relación entre la autoestima y los factores sociodemográficos, clínicos y psicológicos de pacientes con esta enfermedad.
Las enfermedades crónicas y sus consecuencias pueden ser una amenaza para la identidad social e individual de una persona y en particular para su autoestima. Los pacientes con Enfermedad Inflamatoria Intestinal, pueden experimentar sus síntomas como vergonzosos y estresantes con la capacidad potencial de moldear sus emociones, creencias y comportamientos.
Algunos pacientes pueden percibir su enfermedad como estigmatizante, se sienten diferentes a los demás, avergonzados y desacreditados. Este estigma de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal está en relación con peores resultados de salud, baja autoestima y sentimientos de depresión y ansiedad.
La autoestima es el concepto que cada uno tenemos de nosotros mismos. Se refiere a los sentimientos y evaluaciones, tanto positivas como negativas, sobre nosotros.
Investigaciones previas han demostrado que tener una autoestima alta se asocia con efecto positivo en aquellas personas que tienen una enfermedad crónica y protege contra la depresión, el estrés y otras emociones negativas.
En personas adultas con Enfermedad Inflamatoria Intestinal, los estudios sobre autoestima son escasos, aunque el estigma y la insatisfacción con la imagen corporal se han relacionado con una baja autoestima en esta población. Sin embargo, se ha encontrado que entre los pacientes adolescentes con EII la baja autoestima está relacionada con el curso más grave de su enfermedad.
El estudio que nos ocupa hoy tuvo como objetivo explorar la autoestima en una población adulta de pacientes con Enfermedad Inflamatoria Intestinal y evaluar la relación entre los factores sociodemográficos, clínicos y psicológicos y la autoestima de estos pacientes.
Los hallazgos claves de este estudio fueron que el género masculino, tener empleo y una mayor autoeficacia (o confianza en uno mismo de ser capaz de lograr los resultados esperados) se relacionan con una mayor autoestima. Mientras que, la ansiedad y la depresión se asociaron con menor autoestima.
El empleo está asociado con sentimientos de valía y utilidad social, ingresos y autonomía, y por lo tanto es un elemento importante en la identidad de una persona.
Ni la fatiga total, ni la fatiga mental o física se relacionaron de forma independiente con la autoestima. Los factores clínicos, como la actividad de la enfermedad, la cirugía gastrointestinal (tener una ileostomía) no influyeron de forma independiente en la autoestima en este estudio.
Los factores que contribuyen al nivel de la autoestima son comunes a todas las enfermedades crónicas como son los síntomas de ansiedad, depresión y la autoeficacia.
Al igual que en estudios anteriores, en este estudio se destaca una fuerte asociación entre la autoeficacia y la autoestima. Se puede plantear la hipótesis de que la autoestima afecta a la creencia que una persona tiene sobre su capacidad parar lograr un objetivo o tarea específica (autoeficacia). De esta forma, la autoestima puede verse amenazada al experimentar las consecuencias de la enfermedad o al disminuir la capacidad de afrontar los desafíos de la vida cotidiana.
La fuerte relación entre autoestima y autoeficacia indica que ambas son pilares importantes en el manejo de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal, por lo tanto, intervenciones específicas en las que se trabaje tanto la autoeficacia como la autoestima pueden ayudar al control de la EII.
Los investigadores de este estudio concluyen que la autoestima se relaciona fuertemente con el género masculino, la ansiedad, la depresión y la autoeficacia, pero no con los factores clínicos. Por lo tanto, la atención y el seguimiento de los pacientes con Enfermedad Inflamatoria Intestinal debe ser individualizada. Independientemente del diagnóstico, los factores psicológicos fueron los que más contribuyeron sobre los niveles de autoestima en este estudio.
Las intervenciones centradas en el paciente y que mejoran la autoestima y reducen la ansiedad y la depresión son parte importante del control y la gestión de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal.