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15 junio, 2023 in-pacient.es via Linköping University

Las mujeres que padecen esclerosis múltiple pueden mejorar mucho de forma temporal con el embarazo. Un grupo de investigadores ha identificado los cambios beneficiosos que se producen de forma natural en el sistema inmunitario durante el embarazo. Los hallazgos pueden abrir el camino a nuevos tratamientos.

El embarazo es una condición muy especial desde el punto de vista inmunológico. El sistema inmunitario sirve para defendernos de sustancias extrañas. Sin embargo, aunque la mitad del material genético del feto procede del padre, no es rechazado por el sistema inmunitario de la madre. Una de las razones por las que este acto de equilibrio casi siempre tiene éxito es que durante el embarazo el sistema inmunitario de la madre se adapta para volverse más tolerante.

En la esclerosis múltiple (EM), la función nerviosa se ve obstaculizada porque el sistema inmunitario ataca la grasa que sirve de vaina aislante alrededor de las fibras nerviosas. Los nervios se inflaman, lo que puede provocar lesiones nerviosas. Aunque existen opciones de tratamiento nuevas y eficaces, muchas personas con EM sufren de deterioro con el tiempo.

Los investigadores creen que la disminución temporal de la respuesta inmunitaria podría explicar por qué las mujeres con EM mejoran durante la gestación. La aparición de síntomas, es decir, las recaídas, disminuye en un 70% durante el último tercio del embarazo. También algunas otras enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoide, mejoran temporalmente durante este periodo. Sin embargo, la razón de ello no está clara. Por eso, los autores de este estudio querían investigar qué mecanismos podrían ser de especial importancia para la disminución de los síntomas durante el embarazo, como paso previo a la búsqueda de futuras estrategias de tratamiento que produzcan el mismo efecto en la EM y posiblemente también en otras enfermedades similares.

Los investigadores estaban especialmente interesados en las células T, que desempeñan un papel importante en el sistema inmunitario. Además, las células T desempeñan un papel clave en el desarrollo de la EM y son importantes durante la gestación. El estudio comparó a 11 mujeres con EM con 7 mujeres sanas a las que se tomaron muestras de sangre antes, durante y después del embarazo.

Para comprender lo que ocurre en las células inmunitarias, los investigadores identificaron los genes utilizados en las células T en distintos momentos del embarazo. También estudiaron los cambios que regulan la activación y desactivación de los genes, es decir, los cambios epigenéticos. En su estudio, los investigadores se fijaron más concretamente en uno de estos mecanismos de regulación, denominado metilación del ADN.

«Lo más sorprendente fue posiblemente que no pudimos encontrar diferencias reales entre los grupos durante el embarazo, ya que parece que el sistema inmunitario de una mujer gestante con EM se parece más o menos al de una embarazada sana», afirma Sandra Hellberg, profesora adjunta del Departamento de Ciencias Biomédicas y Clínicas de la Universidad de Linköping y una de las investigadoras del estudio.

Los investigadores descubrieron redes de genes interactuantes que se ven afectados durante el embarazo. Su estudio demuestra que estos genes están relacionados en gran medida con la enfermedad y con procesos importantes del sistema inmunitario.

«Podemos observar que los cambios en las células T reflejan la mejora en la frecuencia de recaídas. Los mayores cambios se producen en el último tercio del embarazo, y es aquí donde las mujeres con EM mejoran más. Estos cambios se invierten después del parto, cuando se produce un aumento temporal de la actividad de la enfermedad. Es importante destacar que la actividad de la enfermedad vuelve a ser la misma que antes del embarazo», afirma Sandra Hellberg.

La red de genes afectados durante la gestación también incluía genes regulados por las hormonas del embarazo, principalmente la progesterona. Los investigadores están probando ahora varias hormonas en el laboratorio en un intento de imitar los efectos observados en el estudio, para ver si pueden formar parte de una posible estrategia terapéutica futura.

Esta investigación es fruto de una larga colaboración entre investigadores de medicina y bioinformática. Una parte clave del proyecto ha sido comprender la gran cantidad de datos analizándolos mediante lo que se conoce como análisis de redes, desarrollado durante muchos años, entre otros, por un grupo de investigación dirigido por Mika Gustafsson en la Universidad de Linköping. El análisis de redes es una herramienta para encontrar genes que interactúan ampliamente con los genes que interesan a los investigadores. A menudo resulta que otros genes de la red están regulados de forma anómala y afectan indirectamente a procesos clave de una enfermedad.

«Estos conocimientos pueden servir para encontrar medicación alternativa y hallar nuevos biomarcadores que permitan diferenciar entre subgrupos de una enfermedad. Hemos utilizado con éxito esta estrategia para el análisis en la investigación de, por ejemplo, la alergia y la esclerosis múltiple», afirma Mika Gustafsson, catedrático de Bioinformática, que ahora pone el análisis a disposición de otros investigadores a través de una empresa de reciente creación.

Zenere, A., Hellberg, S., Papapavlou Lingehed, G. et al. Prominent epigenetic and transcriptomic changes in CD4+ and CD8+ T cells during and after pregnancy in women with multiple sclerosis and controls. J Neuroinflammation 20, 98 (2023).

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