Se han publicado los resultados del primer estudio que demuestra que existe una asociación entre el cambio en el peso corporal con la degeneración de la neuronas secretoras de la dopamina en los pacientes de Parkinson.
Los pacientes con Parkinson a menudo pierden peso, incluso en las primeras etapas de la enfermedad o incluso varios años antes de llegar al diagnóstico. Aproximadamente la mitad de los pacientes con enfermedad de Parkinson experimentan una pérdida de peso involuntaria durante el curso de la enfermedad.
La pérdida de peso se asocia a peores resultados clínicos, incluida mayor gravedad de los trastornos motores, presentación de demencia de forma más frecuente y aumento de otras enfermedades y mortalidad.
El mecanismo por el que se produce la pérdida de peso en los pacientes de Parkinson no está claro a día de hoy, se ha propuesto que puede ser un desequilibrio entre aporte y gasto de energía.
Estudios previos han demostrado que los pacientes de Parkinson que sufren pérdida de peso muestran una progresión más rápida en el déficit motor y en el estadío de la enfermedad, lo que sugiere que puede haber una relación entre la pérdida de peso y el proceso neurodegenerativo en la enfermedad de Parkinson.
Según los resultados de este estudio, que cuenta con la participación de 651 pacientes de los cuales 380 fueron mujeres, un IMC bajo tuvo un impacto en el pronóstico de la vida. Esto fue especialmente significativo entre los pacientes de Parkinson varones, mientras que las mujeres con Parkinson y con un IMC más alto presentaron una tendencia a mejor pronóstico de vida.
Por los tanto, y a razón de estos resultados, se recomiendan chequeos del IMC de forma rutinaria en los pacientes de Parkinson. El cambio en el IMC podría reflejar el estado de la función dopaminérgica. Debemos prevenir o revertir la pérdida de peso para mejorar los resultados clínicos en estos pacientes.
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