La Artritis Reumatoide es una enfermedad crónica autoinmune que, principalmente, afecta a las articulaciones del cuerpo. Las mujeres tienen un riesgo 2-3 veces mayor de desarrollar esta enfermedad que los hombres. Sin el tratamiento adecuado, los síntomas empeoran y las articulaciones pueden verse dañadas gradualmente y de forma irreversible perdiendo su funcionalidad y afectando a la calidad de vida de las personas que la padecen.
La prevención y el tratamiento eficaz de la Artritis Reumatoide es actualmente un grave problema de salud pública y requiere especial atención.
El origen de esta enfermedad no está del todo claro pero, estudios previos han informado de un desequilibrio en la regulación del estrés oxidativo, un proceso natural que lleva al daño de las células, y que juega un papel vital en el desarrollo y progresión de la Artritis Reumatoide. Por esto, se ha sugerido que los antioxidantes, sustancias naturales o fabricadas por el hombre pueden prevenir o retrasar algunos tipos de daño celular, y se proponen como posibles objetivos para la prevención y el tratamiento de la Artritis Reumatoide.
La vitamina C es una de las vitaminas exógenas básicas y es bien conocida por sus propiedades antioxidantes. Un nuevo estudio que utiliza un gran conjunto de datos (más de 12.000 participantes) de NHANES (Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición que observa el estado de salud y nutrición de los niños y adultos que viven en Estados Unidos) investiga la asociación entre niveles en sangre de vitamina C y la Artritis Reumatoide.
Los resultados de este estudio revelan una asociación negativa significativa entre la Artritis Reumatoide y los niveles en sangre de vitamina C, es decir, que niveles altos de vitamina C podrían reducir el riesgo de Artritis Reumatoide.
Cada día se presta mayor atención a los hábitos dietéticos y nutricionales como terapia complementaria para el manejo de la Artritis Reumatoide. Una revisión sistemática reciente indicó que el mayor consumo de aceite de oliva, el pescado azul rico en grasas y un mayor consumo de frutas y verduras tienen un efecto protector contra la Artritis Reumatoide.
Este estudio ha identificado que complementar la ingesta dietética de vitamina C podría aumentar los niveles en sangre de esta vitamina, reduciendo el riesgo de desarrollar Artritis Reumatoide. Esto también sugiere que el control periódico de niveles de vitamina C en sangre podría ser un biomarcador y emplearse como medida de prevención temprana para retrasar o aliviar la progresión de esta enfermedad.
Por lo tanto, la recomendación de vitamina C como suplemento dietético en personas con Artritis Reumatoide podría ser razonable.
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