El uso a largo plazo de los fármacos modificadores de la enfermedad en las personas con Esclerosis Múltiple (EM) remitente recurrente tiene un efecto beneficioso acumulativo, retrasando el desarrollo de discapacidad irreversible y la conversión a EM secundaria progresiva, según demuestra un estudio reciente publicado en el Multiple Sclerosis Journal.
La eficacia de los fármacos modificadores de la enfermedad está demostrada fundamentalmente por su efecto a corto plazo. Los estudios clínicos en los que se basa su aprobación requieren la demostración de la reducción en el número de brotes o eventos, la reducción de aparición de nuevas lesiones en la resonancia y el alargamiento de los periodos libres de enfermedad. Sin embargo, su impacto a largo plazo está menos estudiado y establecido. Para ello normalmente se recurre a ensayos de extensión de los anteriores, pero este tipo de estudios tiene que asumir un sesgo; los participantes en ensayos clínicos que responden al tratamiento tienen más probabilidades de entrar en un ensayo de extensión, lo que puede hacer que se sobrevalore la eficacia.
Los autores del estudio, un grupo de investigadores franceses, han desarrollado un modelo estadístico para evaluar el riesgo actual, independientemente del tratamiento o la combinación de tratamientos en el pasado. El modelo incluye el tiempo de exposición al tratamiento y la dosis para calcular la exposición acumulativa ponderada. Con esta sistemática se analizaron las historias clínicas de 2.285 pacientes adultos con EM remitente recurrente para estimar la asociación entre la exposición al tratamiento a lo largo del tiempo y el riesgo actual de discapacidad irreversible y conversión a formas progresivas secundarias de la enfermedad.
La edad media de los participantes fue de 33,4, con un 75% de mujeres y una mediana de seguimiento de 14,9 años. La mayoría de los pacientes (78,6%) estuvieron expuestos a al menos un tratamiento durante durante el seguimiento, el 57,5% recibió dos o más fármacos y el 40,2% tres o más.
Los resultados mostraron que el uso de fármacos durante más de cinco años se asocia con un efecto protector acumulable en el tiempo. El efecto fue más potente se observó con tratamientos mantenidos entre los 5 y los 10 años previos: Para una persona que comenzó su tratamiento con modificadores hace 15 años, 10 años de tratamiento le llevaron a una disminución del 36% en el riesgo actual de desarrollar una discapacidad irreversible, en comparación con los dos años de tratamiento iniciado al mismo tiempo.
Según los investigadores, los resultados sugirieron que «el tratamiento modificador a largo plazo es, por lo tanto, más beneficioso que el prescrito al mismo tiempo durante un corto período».
Además, el riesgo de discapacidad irreversible disminuyó un 26 % cuando se constataba el uso continuo de modificadores durante 15 años en el periodo de 20 años previos en comparación con su uso durante cinco años comenzando en los 10 años anteriores, y un 38 % menor que aquellos que tuvieron dos años de exposición continua empezando en los siete previos al momento actual.
Por lo tanto, y según los autores, cuanto antes y más prolongado sea el uso de fármacos modificadores, menor será el riesgo de alcanzar niveles de discapacidad irreversibles.
En cuanto a la evolución a enfermedad progresiva, el uso anterior de fármacos durante cinco años antes tuvo un efecto protector acumulativo significativo sobre el riesgo. El riesgo de desarrollar Esclerosis Múltiple progresiva secundaria fue un 45% menor para los participantes que fueron tratados continuamente durante 10 años a partir de hace 15 en comparación con los tratados durante dos años, comenzando al mismo tiempo. Una vez más, «una mayor duración del tratamiento tuvo un efecto acumulativo beneficioso sobre el riesgo actual», según los científicos.
Cuando los investigadores combinaron los datos de tratamiento temprano con la duración del tratamiento, hubo una reducción del 34% en el riesgo de enfermedad progresiva para aquellos tratados durante 15 años a partir de hace 20 años, en comparación con los tratados durante cinco años a partir de hace diez.
En comparación con los pacientes no tratados, el tratamiento a largo plazo también impacta significativamente en el riesgo actual con una disminución del 31 % en los que recibieron tratamiento durante cinco años a partir de hace 10, y un 54 % menor si se mantuvo a partir de hace 15 años.
En conclusión, los resultados hacen hincapié en que un uso a largo plazo de fármacos modificadores de la enfermedad está asociado con un beneficio acumulativo con el tiempo sobre el riesgo actual de discapacidad y progresión secundaria.
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