La Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII), en la que se incluye la enfermedad de Crohn y la Colitis Ulcerosa, afecta principalmente al tracto gastrointestinal o sistema digestivo. Sin embargo, no debe considerarse únicamente como un trastorno intestinal, sino como una enfermedad sistémica ya que entre el 25% y el 40-% de los pacientes desarrollarán manifestaciones extraintestinales, es decir que además del sistema digestivo se verán afectados otros órganos.
La mayoría de los pacientes que desarrollan estas manifestaciones extraintestinales lo harán después del diagnóstico de la EII. Sin embargo, alrededor de un 25% de los pacientes serán diagnosticados de una afectación extraintestinal antes del diagnóstico de EII.
Se han considerado como factores de riesgo que se relacionan fuertemente con el desarrollo de manifestaciones extraintestinales: el tabaquismo, la enfermedad de colon, y la enfermedad de Crohn perianal (alrededor del ano).
Los síntomas extraintestinales de la EII pueden afectar prácticamente a cualquier órgano con un alto impacto sobre la calidad de vida del paciente, en algunos casos, incluso mayor que la propia enfermedad intestinal.
Los órganos más frecuentemente afectados son el sistema musculoesquelético, la piel y los ojos, aunque también puede involucrar a los riñones, la sangre y el hígado y vías biliares.
Se han postulado como posibles causantes de las manifestaciones extraintestinales a la genética, el microbioma y factores ambientales.
- Síntomas musculoesqueléticos: representan las manifestaciones extraintestinales más comunes. Hasta el 40% de los pacientes con EII pueden presentar trastornos en las articulaciones (Artritis en hombros, caderas, muñecas, tobillos, codos, columna). Pueden llegar a estar involucradas 5 o más articulaciones. Esta manifestaciones son independientes de la enfermedad o inflamación Intestinal y afectan más a los hombres que a las mujeres. Los pacientes deben recibir un plan de ejercicio para prevenir las deformidades articulares.
- Síntomas dermatológicos: Hasta un 15% de los pacientes con EII requieren una evaluación por un dermatólogo para confirmar y ayudar al tratamiento. Las manifestaciones en la piel pueden ser el “Eritema Nodoso” o nódulos dolorosos rojos y elevados de aproximadamente 1-5 cm de diámetro. Aparecen predominantemente en mujeres y se asocian a una afectación ocular y articular. Es más frecuente en enfermedad de Crohn que en la Colitis Ulcerosa. Estas lesiones aparecen en paralelo con la actividad de la enfermedad, por lo tanto, el tratamiento está dirigido a la inflamación intestinal en curso.
- “Pioderma gangrenoso” un trastorno debilitante que ocurre aproximadamente en un 5% de los pacientes con EII y se caracteriza por úlcera discreta con bordes irregulares violáceos y con material purulento o pus. Suele aparecer en las piernas, pero puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo. Afecta más a mujeres que a hombres y no está claro si existe asociación entre la actividad de la enfermedad de la EII.
- “Dermatosis neutrofílica febril aguda, síndrome de Sweet”, es una manifestación rara caracterizada por placas enrojecidas dolorosas de inicio repentino en los brazos, el tronco y la cara en asociación con fiebre y leucocitosis (Aumento de leucocitos o glóbulos blancos en sangre). La mayoría de los casos ocurren en mujeres, asociados a actividad de enfermedad intestinal y a otras manifestaciones extraintestinales como la artritis.
- Síntomas en boca y ojos Las lesiones en la boca son comunes en personas con EII, pero se encuentran más a menudo en pacientes con Crohn (25%) que en Colitis Ulcerosa (10%). Es más común en hombres que en mujeres. La típica lesión en la boca son las “aftas”, una ulceración poco profunda y dolorosa que puede aparecer tanto en la cavidad bucal, labios, lengua y garganta pudiendo provocar dolor al tragar.
Las manifestaciones oculares ocurren en un 0,3-5% de los pacientes y a menudo están asociadas a trastornos musculoesqueléticos. Pueden presentarse como epiescleritis, escleritis y uveítis, es decir, inflamación de diferentes partes del ojo que el paciente lo refiere como dolor en los ojos, dolor de cabeza y visión borrosa.
- Síntomas en Hígado-Páncreas y vías biliares Hasta el 50% de los pacientes con EII pueden llegar a experimentar manifestaciones y complicaciones en el curso de su enfermedad a nivel de hígado y vías biliares. Éstas pueden incluir: cálculos o piedras en la vesícula o vías biliares, hepatitis autoinmune, pancreatitis autoinmune, colangitis esclerosante, trombosis de la vena porta, etc.
- Síntomas en los riñones Los síntomas renales más frecuentes entre las personas con EIi son los cálculos o piedras en riñones.
- Síntomas hematológicos o en la sangre Las personas con EII tienen mayor riesgo de trombosis venosa y embolia pulmonar. El origen de esta complicación es multifactorial derivada de la inflamación, deficiencias nutricionales y hospitalizaciones/cirugía que lleva a falta de movilidad. El riesgo de tromboembolia es 3 veces más que en la población general.
En conclusión, Las manifestaciones extraintestinales son comunes tanto en la enfermedad de Crohn como en la Colitis Ulcerosa y pueden tener un alto impacto sobre los pacientes. Si bien algunas de ellas pueden aparecer en paralelo con la actividad de la enfermedad intestinal, otras pueden tener un curso independiente. En cualquier caso, requieren de un control y seguimiento de por vida.
Concienciar al paciente a través de la educación/formación y un enfoque multidisciplinar ( con la participación de varios especialistas) son factores claves para la identificación temprana y un tratamiento adecuado de las manifestaciones extraintestinales de la EII. Mediante un tratamiento integral podremos conducir a la solución y control de los síntomas y mejorar la calidad de vida de las personas con EII.
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