El origen de la enfermedad de Parkinson aún no está claro, pero sabemos que están involucrados diferentes factores como los factores genéticos y el estilo de vida, entre otros.
En los últimos años, se ha informado que la composición del microbioma intestinal es diferente entre las personas sanas y los pacientes con problemas de salud, como son las enfermedades autoinmunes, cáncer y alteraciones metabólicas. Se habla de un eje intestino-cerebro como un sistema bidireccional que podría desempeñar un papel clave en estas enfermedades. La evidencia sugiere que la composición del microbioma afecta al eje intestino-cerebro y esto puede influir en la neurodegeneración.
La composición del microbioma intestinal está influenciada por la edad, el estrés, el uso de fármacos como los antibióticos, los hábitos alimentarios, etc. Por lo tanto, podemos decir que el microbioma intestinal heredado cambia según los hábitos dietéticos y los factores ambientales.
Por otro lado, cada vez disponemos de más datos sobre la participación de la flora intestinal sobre la salud y la enfermedad. Estudios preclínicos han mostrado que intervenciones nutricionales como la toma de probióticos pueden disminuir la ansiedad y la depresión.
Los probióticos son alimentos o suplementos que contienen microorganismos vivos destinados a mantener o mejorar la flora intestinal o microbioma(Ej.: bifidobacterium, lactobacillus, etc.) y promueven beneficios en la salud de nuestro organismo. Los mejores probióticos naturales son el yogurt, los encurtidos, el queso crudo, el chucrut o col fermentada en salmuera, el kéfir, etc.
Las bacterias probióticas crean un entorno intestinal saludable mediante el equilibrio de la microflora intestinal. La toma de probióticos puede restaurar la flora intestinal a un estado más favorable para los microorganismos beneficiosos favoreciendo al equilibrio en el eje intestino-cerebro.
Por otro lado, «Los probióticos pueden ser útiles para controlar el estreñimiento de los pacientes con Parkinson»
La evidencia científica sugiere que una intervención nutricional como el uso de probióticos, nos puede brindar una oportunidad para complementar los tratamientos tradicionales de la enfermedad de Parkinson.
En resumen, la enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo que está caracterizado por síntomas motores y no motores entre los que se incluyen anomalías en la función intestinal.
Un microbioma intestinal sano reduce el desarrollo de diferentes enfermedades como los trastornos neurológicos, entre los que figura la enfermedad de Parkinson.
Evidencia científica reciente nos muestra que la administración de probióticos influye positivamente en las enfermedades del sistema nervioso central, mediante la modificiación beneficiosa del microbioma intestinal y a través del eje intestino-cerebro.
Se necesitan más estudio con respecto al efecto potencial de los probióticos sobre las enfermedades neurodegenerativas, y sobre el eje intestino-cerebro pero estos resultados, por el momento, son esperanzadores.