
Un nuevo estudio evalúa el impacto de pandemia sobre el cambio de actividad física de los pacientes de Parkinson y sobre los síntomas de esta enfermedad durante la pandemia del COVID-19.
Durante la pandemia mundial del COVID-19 se ha adoptado la reglamentación estricta del autoaislamiento, el distanciamiento social, y el bloqueo de la vida social. Para los pacientes de Parkinson puede haber dos preocupaciones principales: si pueden infectarse más fácilmente y sufrir mayores complicaciones por la infección de COVID-19 que la población sana y, por otro lado, si los síntomas del Parkinson pueden empeorar durante esta pandemia debido a su actividad física limitada o al estrés emocional.
Sabemos que los pacientes con Parkinson tienen menos capacidad de afrontamiento frente al estrés emocional y físico y esto puede alterar la cantidad de ejercicio físico realizada. Por otro lado, también sabemos que realizar ejercicio físico de forma regular mejora los síntomas motores y no motores de la enfermedad de Parkinson, por lo que la reducción de la práctica de ejercicio puede provocar un empeoramiento de los síntomas de esta enfermedad.
Se han publicado los resultados de lo que consideramos el primer estudio que demuestra cómo la pandemia del COVID-19 afecta al patrón de ejercicios y por lo tanto a los síntomas clínicos en pacientes con Parkinson.
Según este estudio, durante la pandemia aumentó el número de pacientes con Parkinson que no hacían ningún tipo de ejercicio y que eran menos los pacientes realizaban ejercicio en instalaciones deportivas como consecuencia de las estrictas directrices de aislamiento, distanciamiento social y cierre temporal de estas instalaciones.
Un tercio de los pacientes incluidos en este estudio comunicaron empeoramiento subjetivo de los síntomas del Parkinson, a pesar de no haber diferencias en las medidas objetivas, lo que sugiere lo importante que es para los pacientes de Parkinson realizar ejercicio de forma regular para sentirse bien.
Los pacientes comunicaron que los síntomas más frecuentes del empeoramiento fueron la lentitud como síntoma motor y el estrés como síntoma no-motor.
Considerando estudios previos sobre el efecto de ejercicio regular en la enfermedad de Parkinson, el distanciamiento social prolongado podría llevar al empeoramiento subjetivo y objetivos de los síntomas del Parkinson. Sin embargo, la duración del seguimiento en este estudio fue relativamente corta, alrededor de unos 5 meses, por lo que este período puede no haber sido lo suficientemente largo como para ver el impacto objetivo sobre los síntomas.
En resumen, los pacientes con Parkinson comunican una disminución del ejercicio durante la pandemia de COVID-19. Aunque no hubo un empeoramiento significativo del Parkinson en la evaluación objetiva, un tercio de los pacientes con Parkinson se quejaron de un empeoramiento de los síntomas motores y no motores. Hubo una relación significativa entre la reducción del ejercicio y empeoramiento subjetivo de los síntomas del Parkinson.
Por lo tanto, se debe realizar una evaluación cuidadosa de los síntomas motores y no motores y estimular a los pacientes de Parkinson a realizar ejercicio en situaciones tan especiales como la pandemia que estamos sufriendo del COVID-19.
Debemos mantenernos activos a pesar de la pandemia del COVID-19 ¡Con Parkinson no pares!