Algunos estudios han sugerido un papel de minerales como el hierro y el zinc en la progresión de la Esclerosis Múltiple (EM) una vez diagnosticada, pero poco se ha investigado sobre su posible papel en el desarrollo de la enfermedad. Un nuevo estudio publicado en Neurology demuestra que no existe relación entre la ingesta de minerales en la dieta y la posibilidad de desarrollar EM.
El estudio incluyó 80.920 mujeres enfermeras del primer Estudio sobre Salud de las Enfermeras y 94.511 del segundo, que fueron seguidas durante 20 años hasta que 479 de ellas desarrollaron Esclerosis Múltiple. Se estudiaron los aportes en dieta de minerales como el zinc, hierro, potasio, magnesio, calcio, fósforo, manganeso y cobre. Con el análisis dietético de estos minerales, los investigadores evaluaron si su mayor o menor presencia en la dieta se relacionaba con mayor o menor riesgo de EM.
Los investigadores del estudio concluyeron que no se objetiva dicha relación, ni teniendo en cuenta la cantidad de minerales en dieta al inicio del estudio ni con la ingesta acumulada de los mismos.
Si bien estudios anteriores habían sugerido que los niveles de zinc son menores en personas con Esclerosis Múltiple y que el zinc puede inducir una mayor respuesta anti-inflamatoria en modelos animales, los efectos pueden ser demasiado sutiles dentro del rango de ingesta habitual de zinc en la dieta como para modificar el riesgo.