Un estudio evalúa los factores de riesgo, relacionados con la Enfermedad Inflamatoria Intestinal (Crohn y Colitis Ulcerosa), para la depresión.
Estudios previos han demostrado que los trastornos psicológicos, como la depresión y la ansiedad, son más frecuentes en pacientes con Crohn o Colitis Ulcerosa que en la población general.
Durante mucho tiempo ha existido debate sobre si son los trastornos psicológicos la causa de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal, o si la aparición de ésta da lugar a trastornos psicológicos. Lo que se ha aceptado de forma general es que la Enfermedad Inflamatoria Intestinal no es una enfermedad psicosomática, es decir una lesión de los órganos de origen psicológico. Sin embargo, no está claro si la depresión puede desencadenar un brote.
Otras investigaciones han revelado que los pacientes con estado de ánimo depresivo, con disminución de la tolerancia al estrés y ansiedad tienen mayor riesgo a desarrollar una enfermedad más activa. Es evidente que un elevado nivel de tensiones personales, sociales y profesionales en los pacientes con Enfermedad Inflamatoria Intestinal puede afectar negativamente a su salud.
La mayoría de las directrices del manejo de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal contienen recomendaciones sobre cuestiones psicológicas. Sin embargo, en la práctica clínica a día de hoy, todavía estos trastornos psicológicos reciben muy poca atención.
La fuerte asociación entre la Enfermedad Inflamatoria Intestinal y la depresión exige mejor comprensión de los factores que intervienen en esta relación. Este conocimiento puede facilitar intervenciones más específicas. Sin embargo, estudios previos que abordan los factores de riesgo de depresión en la EII, han tenido resultados parcialmente contradictorios.
El presente estudio tiene como objetivo identificar los factores de riesgo, en relación a la enfermedad, para la depresión y comparar estos factores entre los pacientes con Crohn y con Colitis Ulcerosa.
Del total de los participantes del estudio (348 pacientes) más de un 20% de ellos estaban en riesgo de depresión mayor, independientemente de si tenían Crohn o Colitis Ulcerosa, e independientemente de la actividad de la enfermedad, lo que supone un porcentaje muy alto.
El riesgo de depresión fue mayor entre el grupo de Crohn que en el de Colitis Ulcerosa, pero esto no es así si se considera sólo aquellos pacientes en remisión clínica.
La mayoría de los pacientes con enfermedad de Crohn activa sufrían depresión (42,4% riesgo de depresión mayor y 33% con depresión leve), en comparación con sólo un 19,4% de pacientes con Colitis Ulcerosa activa que estaban en riesgo de depresión mayor. Sin embargo, la proporción de pacientes con depresión leve fue mayor en pacientes con Colitis Ulcerosa activa que en pacientes con Crohn inactivo.
En base a estos resultados se puede especular que la carga general que sufren los pacientes de Crohn podría ser mayor que aquellos con Colitis Ulcerosa debido a las complicaciones de la propia enfermedad de Crohn. Por otro lado, la enfermedad de Crohn es “más sistémica” que la Colitis Ulcerosa ya que pueden presentarse más frecuentemente las manifestaciones extraintestinales.
Los investigadores de este estudio concluyen que los síntomas depresivos se asocian con la actividad de la enfermedad. Los pacientes con enfermedad clínicamente activa parace que están particularmente en peligro de presentar síntomas depresivos.
El tratamiento actual de la Enfermedad Inflamatoria intestinal tiene como objetivo lograr la remisión, estado en el que el paciente se encuentra en ausencia de signos y síntomas de la enfermedad. Este estudio sugiere que lograr la remisión clínica también puede ser esencial para prevenir la depresión en pacientes con Enfermedad Inflamatoria Intestinal.