Según los resultados de un estudio realizado en Inglaterra, los pacientes con Artritis Reumatoide aceptan bien someterse a pruebas predictivas de la respuesta al tratamiento a pesar que ésto les suponga molestias tales como análisis de sangre o biopsias del tejido articular.
La Artritis Reumatoide es una enfermedad que requiere un tratamiento precoz para controlar los síntomas y mejorar los resultados a largo plazo. La falta de respuesta a los fármacos, comúnmente utilizados en el tratamiento de esta enfermedad, causa incapacidad física, molestias y angustia en los pacientes, además de la utilización de recursos sanitarios sin éxito.
Actualmente y por norma general se utiliza metotrexato como primer FAME de elección para el tratamiento de la Artritis Reumatoide, ya sea sólo o en combinación con otro fármaco. Pero, a los dos años de tratamiento hasta un 45% de los pacientes han cambiado a otro tratamiento por falta de respuesta.
Si los pacientes no responden a metotrexato se puede prescribir otro FAME o un fármaco biológico. Sin embargo, hasta el 25% de los pacientes con prescripción de anti-TNF y el 40% de los que reciben terapias biológicas pueden presentar una respuesta inadecuada a los 6 meses de tratamiento.
Por todo esto, existe una necesidad todavía no cubierta que es identificar biomarcadores que permitan seleccionar el tratamiento más adecuado con la seguridad que va a funcionar para cada paciente, antes de administrar el tratamiento, y en base a algún tipo de prueba clínica.
Las pruebas predictivas pueden estar basadas en medidas clínicas pero también pueden utilizarse resultados de analítica de sangre y/o muestras de tejido articular mediante biopsia. A día de hoy no existen pruebas de predicción de la respuesta al tratamiento disponibles en la Artritis Reumatoide, aunque existen numerosos estudios en marcha para identificarlas.
Según los resultados de este estudio, la percepción de los pacientes hacia el concepto de las pruebas de predicción fue, en general, positiva. A pesar de que se vio a la biopsia como un procedimiento doloroso e invasivo, y algunos tenían preocupación ante esta prueba, esto fue compensado por los beneficios potenciales del acceso a la información que podría reducir los retrasos en la búsqueda de un tratamiento eficaz.
Los pacientes reaccionan de forma diferente ante las pruebas predictivas, dependiendo de la etapa de la enfermedad en la que se encuentran. Por ejemplo, los pacientes con enfermedad establecida, podrían estar más dispuestos a someterse a las pruebas predictivas ya que habrían tenido experiencia con los tratamientos y éstos pueden haber sido ineficaces.
Los investigadores de este estudio identifican la necesidad de informar adecuadamente al paciente ante una prueba predictiva, en particular, explicar las posibles consecuencias de una enfermedad no controlada. De tal forma que los riesgos de la prueba podrían ser equilibrados por los riesgos de la actual sistemática de selección del tratamiento en base al ensayo/error (aprendizaje por medio del tanteo hasta que se encuentra un fármaco con respuesta adecuada para ese individuo).
Kumar K et al. Rheumatoid arthritis patient perceptions on the value of predictive testing for treatments: a qualitative study. BMC Musculoskelet Disord. 2016 Nov 8;17(1):460. goo.gl/m3J6pE