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A pesar de que la Esclerosis Múltiple es una enfermedad mediada por alteraciones en el sistema inmune, la asociación entre la alergia y la Esclerosis Múltiple (EM) no está clara. Un estudio ha tratado de valorar la asociación entre los antecedentes de alergias de origen alimentario con la EM y la actividad de la enfermedad evidenciada mediante Resonancia Magnética (RM).
El equipo del hospital de Brigham y la universidad de Harvard, en Boston, planteó la investigación mediante la recogida de información a través de un cuestionario remitido a 1.349 personas con EM que participan en un estudio mayor sobre evolución de la Esclerosis Múltiple y que está haciendo un seguimiento a lo largo de 10 años en 2.000 personas con la enfermedad. La información recogida sobre las alergias alimentarias se contrastó con el número de brotes registrados, puntuación en la escala EDSS, severidad de la enfermedad y actividad registrada en la RM.
Los resultados evidenciaron que el número acumulado de brotes resultó ser 1,3 veces mayor en el grupo de personas con alergias alimentarias que en las personas sin alergias conocidas. Además, este grupo de personas tenía el doble de probabilidad de evidenciar actividad de la enfermedad en la RM. Estas asociaciones no se encontraron cuando se evaluó lo que sucedía con las personas con alergias a medicamentos o ambientales.
El equipo de investigadores, que ha publicado los resultados en la revista Journal of Neurology, Neurosurgery and Psychiatry, concluye que existe una asociación entre ambos fenómenos, sin que de ello pueda derivarse una relación de causa-efecto. A partir de aquí, futuras investigaciones deberían esclarecer los mecanismos inmunes detrás de la relación entre la actividad de la Esclerosis Múltiple y las alergias alimentarias.
ESCLEROSIS MULTIPLE
