La actividad física y el ejercicio tienen un papel fundamental en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson. La actividad física comprende cualquier movimiento corporal, incluyendo las actividades de ocio o tareas domésticas. Por otro lado, el ejercicio es aquella actividad física planificada y estructurada cuyo objetivo es mejorar o mantener la condición física.
Investigaciones previas sugieren que el ejercicio en el hogar es efectivo para mejorar las deficiencias motoras, el equilibrio y la velocidad de la marcha en personas con Parkinson entre leve a moderado.
La telemedicina o telesalud es aquella atención médica que se brinda por teléfono, videollamada y/o mediante aplicaciones de teléfonos inteligentes y que cada vez se usa más para realizar un seguimiento y control del progreso del plan de ejercicios realizados en casa.
Entre otras ventajas de la telemedicina se incluyen: evitar pérdidas de tiempo en traslados y salas de espera y mayor accesibilidad (especialmente en personas que viven en medio rural). Las videollamadas permiten al terapeuta ver el entorno del hogar y así poder ayudar al paciente a realizar los ejercicios de forma segura.
Este sistema de seguimiento es potencialmente efectivo, sin embargo existe la preocupación de que la telemedicina lleve a un contacto personal reducido y que la falta de acceso a tecnología adecuada o la falta de habilidad requerida para usar la tecnología puedan limitar sus beneficios.
Durante la pandemia del COVID-19 para muchas de las personas con Parkinson el ejercicio en el hogar ha sido la única opción disponible de mantener su rehabilitación ya que el acceso a los centros era limitado. Esto brindó la oportunidad de explorar la capacidad de los múltiples métodos de telemedicina (videollamadas, llamadas telefónicas individuales y grupales, etc.) y comprender las experiencias de los pacientes con Parkinson y del terapeuta al usar estos medios.
Una nueva publicación recoge la experiencia de 96 personas con enfermedad de Parkinson entre leve a moderada que recibieron atención en el hogar mediante telemedicina durante 21 semanas. En este estudio se utilizaron tres tipos diferentes de telemedicina: teléfono, videollamada individual y videollamada grupal. La adherencia o cumplimiento correcto con el programa de ejercicios prescrito fue alta. Los pacientes con Parkinson pudieron continuar haciendo ejercicio en casa y mantener su actividad física cuando se les brindó la fisioterapia a través de telemedicina.
En conclusión, este estudio nos muestra que la telemedicina se puede usar de manera efectiva en el entorno clínico para ayudar a personas con Parkinson a realizar ejercicio y mantener su actividad física.
El uso de telemedicina puede optimizarse cuando se combina con fisioterapia presencial en un modelo híbrido de atención, como la asistencia al centro antes de iniciar el método de telemedicina. Si bien hay evidencia emergente de que el modelo híbrido de atención es factible y aceptable, se requiere mayor investigación para explorar la eficacia de este modelo.
Un modelo de atención híbrido tiene el potencial de transformar la gestión actual de la fisioterapia en la enfermedad de Parkinson, más allá de la pandemia del COVID-19, al brindar fisioterapia a largo plazo de forma sostenible y accesible a los pacientes.
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