Un número importante de personas con esclerosis múltiple recurrente puede acumular discapacidad debido a la actividad progresiva subyacente independiente de los brotes o recaídas. Esta es la principal conclusión de un trabajo que analiza conjuntamente los datos de 390 participantes en los estudios OPERA I y II y que ha publicado la revista JAMA Neurology.
Los 2 estudios se realizaron entre agosto de 2011 y abril de 2015 e incluyeron pacientes con Esclerosis Múltiple Remitente Recurrente de 307 centros en 56 países.
El análisis agregado de los participantes en estos dos importantes estudios tuvo como objetivo investigar las contribuciones del empeoramiento asociado a los brotes frente a la progresión independiente de los mismos, en la acumulación general de discapacidad confirmada.
La progresión independiente de los brotes es el principal contribuyente a la discapacidad
Los investigadores observaron que la progresión independiente de los brotes resultó el principal contribuyente de la discapacidad valorada a las 12 y 24 semanas después de 96 semanas de tratamiento con interferón β-1a u ocrelizumab.
Al evaluar los factores pronósticos y resultados obtenidos con ocrelizumab e interferón β-1a, los que recibieron ocrelizumab se asociaron con una reducción de riesgo relativo de discapacidad de 0,67 frente a interferón-ß. Esta reducción de riesgo resultó mayor entre los participantes que habían padecido brotes (0,47) que entre los que manifestaban progresión libre de brotes (0,67).
Las conclusiones desafían la clasificación clínica actual de las formas de EM
«Junto con los hallazgos obtenidos previamente en entornos de observación menos controlados, nuestro estudio respalda firmemente que la EM puede ser un continuo único de la enfermedad con un curso de progresivo subyacente y una acumulación superpuesta de discapacidad altamente variable como resultado de recaídas con recuperación incompleta», concluyeron Kappos y colegas, autores del trabajo.
Estos resultados respaldan la idea de que la mayor parte de la acumulación de discapacidad en la EMRR no está asociada con recaídas manifiestas. Esto indica la existencia de una progresión subyacente y desafía la distinción clínica actual de las formas recurrentes y progresivas de esclerosis múltiple.