La música es un estímulo auditivo de naturaleza compleja en la que se involucra la participación de varias áreas del cerebro. Estas mismas áreas cerebrales también participan en el ritmo del movimiento, por lo que la música puede usarse en la rehabilitación de los trastornos del movimiento.
Cada vez disponemos de más evidencia de que realizar ejercicio al ritmo de la música es eficaz para el tratamiento de los trastornos de la marcha en la enfermedad de Parkinson.
Teniendo en cuenta que tanto los tratamientos farmacológicos como quirúrgicos no son totalmente efectivos en el Parkinson, la neurorrehabilitación está cada vez más consolidada. Por lo tanto, los programas multidisciplinares, con la participación de profesionales de diferentes especialidades pueden añadir importantes beneficios para el tratamiento integral de los trastornos del movimiento, entre ellos la enfermedad de Parkinson.
Gran cantidad de datos sugieren que las intervenciones de rehabilitación eficaces deben incorporar diferentes tipos de ejercicios, entre otros los ejercicios aeróbicos, como por ejemplo caminar.
Pero… ¿puede ayudar la música en el tratamiento de las personas con Parkinson y cómo?
El ejercicio es clave, un ejercicio intenso, repetitivo y orientado a las tareas puede llevar a mejores resultados cuando éste se combina con el ritmo de la música.
La investigación ha demostrado que sólo dos meses de ejercicio puede llevar al crecimiento de células cerebrales en personas con Parkinson. Niveles más altos de ejercicio fueron significativamente más beneficiosos que niveles más bajos, aunque cualquier cantidad de ejercicio es mejor que no hacer nada.
La enfermedad de Parkinson afecta profundamente al automatismo en la ejecución del movimiento, se pierde el automatismo y el ritmo y esto dificulta la marcha regular.
La cinta rodante o cinta de caminar, es una herramienta muy difundida para realizar ejercicio aeróbico en la rehabilitación del Parkinson. El uso temprano de cinta caminadora puede promover el mantenimiento del tono muscular, fortalecer los músculos y mejorar el equilibrio, lo que lleva a una disminución del riesgo de caídas accidentales. Además, este tipo de ejercicio induce a un movimiento horizontal rítmico y constante al caminar mejorando la plasticidad neuronal o capacidad del sistema nervioso a modificar su estado creando nuevas estructuras y conexiones neuronales en función de las condiciones del medio. El ritmo contribuye al movimiento coordinado y oportuno bien reconocido por el sistema neurológico. Estudios de neuroimagen han revelado áreas motoras intensificadas en personas que escuchan música rítmica.
Se sabe que las mismas áreas cerebrales que están implicadas en el procesamiento de la música también lo están en el ritmo del movimiento. Por lo tanto, los pacientes con Parkinson que pierden su capacidad interna para controlar los movimientos, pueden beneficiarse de estas señales sonoras externas para ayudar a redirigir las señales neurológicas y mejorar el movimiento hasta el nivel de recuperar su automatismo.
La música ha mostrado muy buenos resultados como señal auditiva durante la rehabilitación, proporcionando una estimulación para la creación de nuevas vías neuronales o neuroplasticidad.
Por lo tanto, la musicoterapia, cuando se aplica correctamente, puede ayudar a mejorar el manejo de los síntomas motores en la enfermedad de Parkinson.
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