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13 febrero, 2018 in-pacient.es

Según los resultados de un estudio, la actividad física forma parte del tratamiento no farmacológico de la enfermedad inflamatoria articular, sin embargo parece que la mayoría de los hombres con esta enfermedad no realizan ejercicio de forma regular y sugiere que la fatiga pueda ser una de las principales barreras.

Revisiones y metaanálisis de la literatura científica sugieren que la actividad física mejora el funcionamiento físico y la capacidad aeróbica (o capacidad del corazón y pulmones para funcionar bien y poder realizar actividades física de cierto esfuerzo, con poca fatiga y recuperación rápida); por otro lado, disminuye el dolor y la rigidez sin efectos negativos.

Sin embargo, se ha sugerido que las personas con enfermedad inflamatoria de las articulaciones realizan menos actividad física a intensidades moderadas o vigorosas que la población sana. Se han identificado las barreras, tales como el dolor, la fatiga y el miedo a dañar las articulaciones.

La participación en la actividad física de las personas con enfermedad inflamatoria articular se ha estudiado principalmente en Artritis Reumatoide, por lo que los resultados son generalmente en mujeres, población en la que esta enfermedad es más frecuente. Pero, estos resultados no deben extrapolarse a los hombres, ya que existe evidencia en la literatura que los hombres afrontan las enfermedades de diferente forma, por lo que ellos pueden necesitar su propia estrategia.

Por este motivo se ha realizado un estudio cuyo objetivo fue evaluar la actividad física en hombres con enfermedad inflamatoria articular, tales como la Artritis Reumatoide, la Artritis Psoriásica y la Espondilitis Anquilosante.

En este estudio participaron 325 hombres de los cuales sólo un 40% realizaban actividad física de forma regular, es decir que los hombres con Artritis Reumatoide, Artritis Psoriásica y  Espondilitis Anquilosante  realizan menos actividad física a intensidades más altas que los hombres sanos.

Además de los beneficios que aporta la actividad física regular para la salud propios de la enfermedad inflamatoria articular, se ha reconocido ampliamente que tiene un efecto preventivo sobre, por ejemplo, las enfermedades cardiovasculares y la diabetes tipo 2 en la población general . Esto es especialmente relevante teniendo en cuenta que las personas con enfermedad inflamatoria articular tienen mayor riesgo cardiovascular.

Los resultados de este estudio son preocupantes ya que el 60% (n = 196) de los hombres tenían niveles subóptimos de actividad física, y el 23% (76)  eran básicamente sedentarios.

El tabaquismo, el dolor, la fatiga, el nivel de PCR, la actividad de la enfermedad y la discapacidad funcional no hicieron eludir el compromiso de realizar actividad física de forma regular. Sin embargo, la fatiga fue el único motivo que llevó a los participantes a no aceptar ese compromiso, de tal forma que se describe una relación inversa: a mayor fatiga menor ejercicio físico.

Sin embargo, en una revisión sistemática reciente se ha documentado que la actividad física tiene un efecto reductor de la fatiga en Artritis Reumatoide. Existen investigaciones que documentan que la actividad física es una estrategia para gestionar la fatiga y fuente de energía en pacientes con Espondilitis Anquilosante, de hecho en este estudio que comentamos hoy, un 34% de los participantes estaban motivados a realizar actividad física porque consideran que ésta proporciona energía en la vida cotidiana.

Esto quiere decir que existe una relación bidireccional entre ejercicio y fatiga, la actividad física puede verse obstaculizada por la fatiga, mientras que el hecho de controlar o reducir la fatiga y la obtención de energía al mismo tiempo, podrían ser un motivos para realizar ejercicio de forma regular.

En conclusión, los resultados de este estudio indican que la mayoría de los hombres con enfermedad articular inflamatoria no cumplen con las recomendaciones de realizar una actividad física de intensidad de moderada a vigorosa, de forma regular. La fatiga parece ser la barrera fundamental para la realización de ejercicio en esta población.

Teniendo en cuenta los efectos preventivos de la actividad física, se necesita un mayor enfoque en estrategias para comprender y aumentar la participación en la actividad física de los hombres con enfermedad articular inflamatoria.

La actividad física se ha presentado como una estrategia prometedora para la promoción de la salud en la población masculina.

 

Hammer NM et al. Physical activity behaviour in men with inflammatory joint disease: a cross-sectional register-based study. Rheumatology (Oxford). 2018 Jan 29. doi: 10.1093/rheumatology/kex498. [Epub ahead of print]

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