La Artritis Reumatoide es un trastorno inflamatorio sistémico autoinmune crónico que afecta principalmente a las articulaciones. Las manifestaciones clínicas principales de esta enfermedad son la hinchazón, dolor y rigidez de las articulaciones. Si no se realiza un tratamiento adecuado de estos pacientes, en las etapas más avanzadas de esta enfermedad, se pueden destruir las articulaciones debido al daño realizado por no controlar adecuadamente la inflamación lo que lleva a la destrucción del cartílago articular y el hueso, provocando deformidades y discapacidad funcional de estas articulaciones. Además, esta enfermedad puede tener diferentes complicaciones a nivel sistémico o extraarticular (fuera de las articulaciones) con alto impacto sobre la calidad de vida de estos pacientes.
A día de hoy, el origen de la Artritis Reumatoide sigue siendo desconocido y se cree que puede desarrollarse en un individuo genéticamente predispuesto que se expone a diferentes estímulos ambientales y en el que se desencadena una reacción autoinmune.
Por otro lado, Helicobacter Pylori (H. Pylori) es una bacteria que causa una de las infecciones crónicas más comunes en humanos. La infección por esta bacteria generalmente provoca problemas gástricos como digestiones pesadas, ardor de estómago, gases, náuseas, dolor de estómago, etc.
Aunque se han publicado algunos estudios que revisan la relación entre la infección por H. Pylori y la Artritis Reumatoide, hasta el momento los resultados son contradictorios.
Los resultados de un nuevo estudio nos muestran que existe una asociación estadísticamente positiva entre la infección por H. Pylori y el desarrollo de la Artritis Reumatoide. En este estudio, la incidencia de Artritis Reumatoide fue significativamente mayor en el grupo infectado por H. Pylori que en el grupo no infectado durante un período que osciló desde el primer año hasta más de 5 años de seguimiento. Curiosamente, la tasa de incidencia de la Artritis Reumatoide aumentó de manera más significativa en pacientes con infección por H. Pylori menores de 30 años, tanto hombres como mujeres.
Hasta la fecha, esta es la primera investigación y con el grupo más grande de población estudiada que revela un mayor riesgo de Artritis Reumatoide entre los pacientes infectados por H. Pylori.
La relación y los mecanismos por los que la infección por H. Pylori interviene en el origen de la Artritis Reumatoide aún son controvertidos. Sin embargo, la interacción del H. Pylori con el microbioma intestinal y su papel en la disbiosis (alteración del equilibrio en el microbioma intestinal) puede conducir al desarrollo de la artritis autoinmune, un tema que ha llamado mucho la atención recientemente.
Por lo tanto, se supone que el microbioma intestinal puede desempeñar un importante papel en el origen de la Artritis Reumatoide a través del eje Intestino-articulación.
Los investigadores de este nuevo estudio concluyen que las infecciones por H. Pylori se asociaron con el desarrollo de la Artritis Reumatoide. El riesgo fue especialmente mayor entre los pacientes con infección por H. Pylori menores de 30 años.
Por lo tanto, debemos estar atentos a posibles síntomas articulares en pacientes diagnosticados de H. Pylori a una edad más temprana porque el diagnóstico precoz de la Artritis Reumatoide es clave para el éxito del tratamiento.
Se necesita más investigación para aclarar el mecanismo básico de asociación entre la infección por H. Pylori y la Artritis Reumatoide.
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