Los pacientes con Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII), enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa, parecen particularmente vulnerables a presentar trastornos emocionales como la ansiedad y la depresión. Y además, está demostrado que existe una relación bidireccional entre el malestar psicológico y los síntomas gastrointestinales.
Los pacientes con EII que presentan trastornos emocionales reportan mayor sufrimiento cotidiano y peor pronóstico y reflejan una predisposición genética para la somatización del estrés lo que lleva a una autoinmunidad alterada con un impacto tanto a nivel físico como psicológico.
Además, los pacientes con EII informan de un patrón diferente a la sensibilidad interoceptiva, es decir, mayor conciencia emocional y mayor tendencia a distraerse por sensaciones desagradables que las personas con EII. Los pacientes con trastornos intestinales crónicos presentan un procesamiento del dolor alterado y reportan niveles más altos de hipersensibilidad visceral.
Un nuevo estudio ha evaluado los trastornos emocionales y de interocepción (sensibilidad a los estímulos o sensaciones que provienen de los órganos de nuestro cuerpo como las vísceras), en pacientes con EII.
En este estudio, tanto los pacientes con enfermedad de Crohn como aquellos con Colitis Ulcerosa informaron dificultades para describir las emociones y mostraron mayor precisión en la descripción de su percepción de estímulos gástricos y de otros órganos internos. Además, en este estudio se encontró una interrelación significativa entre el procesamiento emocional e interoceptivo con la gravedad de los síntomas gastrointestinales, la actividad inflamatoria de la enfermedad y las alteraciones psicológicas por lo que queda evidente la conexión en el eje cerebro-intestino.
Como resumen destacamos:
- Los problemas emocionales aumentan el riesgo de trastornos de la autoinmunidad mediante el estrés.
- La EII se caracteriza por una compleja interacción en la comunicación del sistema cerebro-intestino.
- Disponemos de evidencia de que los pacientes con EII presentan un comportamiento emocional alterado y con una sensibilidad visceral aumentada.
- Las personas con EII presentan un aumento de los trastornos emocionales y una hipersensibilidad visceral que están relacionados con la actividad y la gravedad de la enfermedad y el grado de inflamación.
- Aquellas intervenciones que controlen los trastornos emocionales pueden ofrecer beneficios clínicos y psicológicos de forma significativa
Otras noticias relacionadas que podrían interesarte