Diferentes estudios han demostrado que la actividad física mejora claramente los síntomas de la enfermedad de Parkinson. Sin embargo, no está claro si la actividad física puede modificar la incidencia de la enfermedad de Parkinson o los parkinsonismos.
Los parkinsonismos son síndromes que presentan los mismos síntomas de la enfermedad de Parkinson, como los temblores, la rigidez, la lentitud de movimiento, las alteraciones de la postura, etc. pero sin tener esta enfermedad. Los parkinsonismos pueden estar causados por fármacos, alteraciones hormonales, trastornos neurológicos y otras enfermedades.
Un nuevo estudio español ha analizado si la actividad física es un factor protector frente a la enfermedad de Parkinson y los parkinsonismos en un grupo de personas españolas tras tres años de seguimiento.
En este estudio se realizó una encuesta a más de 5.000 personas mayores (65 años o más) a las que se les preguntó por la enfermedad de Parkinson, el temblor esencial, accidentes cerebrovasculares y la demencia. A los participantes se les clasifico en dos grupos: aquellos que realizaban actividad física frente aquellos que fueron sedentarios y se les realizó un seguimiento durante 3 años. El diagnóstico final de enfermedad de Parkinson o parkinsonismos se realizó pon un neurólogo experto.
Los hallazgos de este grupo de personas de población española nos muestran que la actividad física muestra un efecto protector sobre la incidencia de la enfermedad de Parkinson después de tres años de seguimiento.
Estos hallazgos no mostraron asociación estadística al analizar diferentes niveles de actividad física (leve, moderada y alta) frente al sedentarismo y en relación al riesgo de Parkinson. Incluso se sugiere que pequeños cambios en el estilo de vida podrían ser relevantes en la prevención de la enfermedad de Parkinson.
También se observó una asociación inversa en relación al riesgo de parkinsonismos entre el grupo de personas activas frente al grupo de personas sedentarias en la muestra global.
Sin embargo, el mecanismo mediante el que la actividad física tiene este efecto preventivo tanto de la enfermedad de Parkinson como de los parkinsonismos es desconocido al día de hoy.
En conclusión, este estudio apoya la Actividad Física como factor protector contra la enfermedad de Parkinson y los parkinsonismos en personas mayores (65 años o más). Por lo tanto, se debe promover un estilo de vida activo en personas mayores en programas de prevención y promoción de la salud. Se necesitan más estudios para determinar el tipo y nivel de actividad física requerido.
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