Un estudio japonés ha investigado la influencia de los cambios estacionales en la actividad de la Artritis Reumatoide y en particular la distribución de las articulaciones afectadas analizando los datos de la base nacional nipona que cuenta con más de 12.000 pacientes con esta enfermedad.
Investigacines previas han encontrado una relación significativa entre el clima y la actividad de la Artritis Reumatoide, indicando una relación entre humedad y signos y síntomas de esta enfermedad.
Posteriormente, diferentes estudios han demostrado que el impacto del clima sobre la actividad de la Artritis Reumatoide está mediado por diferentes factores, tales como la temperatura, la humedad, la luz solar y la presión atmosférica, aunque algunos de estos factores a día de hoy siguen presentando controversia. A pesar de todo, no ha habido ninguna investigación sobre los cambios estacionales y la distribución de las articulaciones afectadas.
El sello que distingue a la Artritis Reumatoide de otras afecciones articulares, es que afecta a las articulaciones pequeñas de manos y pies aunque también pueden estar involucradas articulaciones grandes, tales como: hombros, codos, rodillas y tobillos.
Se han publicado los resultados de un estudio que analiza la información de 12.839 personas con Artritis Reumatoide de la base de datos nacional de esta enfermedad en Japón. En él se analiza la influencia de los cambios estacionales sobre la actividad de la enfermedad y la distribución de las articulaciones afectadas.
Los resultados de este estudio, muestran una diferencia significativa en la actividad de la Artritis Reumatoide entre las diferentes estaciones (primavera, verano, otoño e invierno). Además, se ha demostrado por primera vez que los síntomas de las extremidades inferiores y superiores se ven afectados por el cambio estacional.
Los investigadores encontraron que la actividad de la Artritis Reumatoide, tanto en las extremidades superiores como inferiores, era mayor en primavera seguida del invierno, y el otoño se asoció con una tasa de remisión más alta. Sin embargo, no hubo cambio significativo en las articulaciones grandes, por lo que se vieron afectadas de manera similar independientemente de la estación.
Se desconoce por qué la actividad de la Artritis Reumatoide fue mayor en primavera e invierno.
En conclusión, el cambio de estaciones influye sobre la actividad de la Artritis Reumatoide y en la distribución de las articulaciones afectadas. El deterioro funcional de estos pacientes puede ocurrir en primavera e invierno, por lo que se debe considerar el efecto de estos cambios estacionales en los pacientes con esta enfermedad para comprender mejor sus síntomas.
Yo he observado que dolor e inflamación en las rodillas aumenta con la bajada de presión atmosférica, antes de una borrasca por ejemplo. También la llegada de la primavera me produce más cansancio y dolores musculares en la espalda.