La vitamina D se conoce ampliamente por su papel en la regulación del metabolismo del calcio y el fósforo y su importancia para mantener la salud de los huesos. Sin embargo, varios estudios recientes han arrojado nuevas pistas sobre su papel en otros procesos biológicos. En particular, esta vitamina parece jugar un rol importante en la regulación inmune, el funcionamiento del sistema nervioso, la fisiología renal, cardiaca y el desarrollo de cáncer.
La principal fuente de vitamina D es la producción por el propio organismo. En la piel, y gracias a los rayos ultravioleta B de la luz solar, una sustancia precursora llamada 7 dehidrocolecalciferol, se transforma en colecalciferol o vitamina D3. La vitamina D3 sufre un par de transformaciones más en el hígado y riñones antes de convertirse en la vitamina D activa. Además de la producción en el organismo, la vitamina D3 puede proceder de la dieta. Algunos alimentos ricos en vitamina D son el aceite de hígado de bacalao, el hígado de ternera, los pescados azules, la yema de huevo y los lácteos.
Bases de la relación entre vitamina D y la Esclerosis Múltiple
Algunas células del sistema inmunológico y el sistema nervioso tienen receptores para la vitamina D, lo que significa que de alguna manera interactúa con ellas al decirles algo que tienen que hacer en respuesta a su presencia. Además, las células tienen capacidad de controlar la cantidad de vitamina D presente en su interior.
La vitamina D parece tener un papel importante en la inmunidad tanto innata como adquirida. Los suplementos de vitamina D pueden mejorar las defensas inmunes innatas contra agentes microbianos.
La vitamina D juega un papel importante en la llamada “autofagia”, que es el mecanismo por el cual las células degradan y destruyen componentes inútiles. Esto es muy importante en el caso de los macrófagos, células que se encargan de eliminar desechos y elementos extraños.
Además, la vitamina D previene la sobre-activación de la respuestas inflamatorias a través de varios mecanismos en investigación.
La vitamina D, por último también modula la inmunidad adquirida (la que el organismo “aprende” para luchar contra gérmenes y células extrañas al organismo). Uno de los elementos clave a este respecto es su papel en la regulación de los linfocitos T encargados de regularla tolerancia a los antígenos del propio organismo. Además se están investigando sus efectos sobre los linfocitos B, entre los que están las células que guardan la memoria de los antígenos a los que el organismo ha estado expuesto. Esto podría significar que la vitamina D reduce la probabilidad de que el sistema inmune ataque a células del propio organismo.
Vitamina D y riesgo de Esclerosis Múltiple
Los datos epidemiológicos vinculan una mayor incidencia de Esclerosis Múltiple y otras enfermedades autoinmunes a la latitud y por tanto, a la exposición a los rayos UV. Parece que los residentes en regiones del norte tienen más riesgo de padecer EM. Algún estudio ha sugerido que los niños que han estado más expuestos al sol tienen menos riesgo de desarrollar la enfermedad. Estudios recientes en grandes grupos de población, no sólo vinculan la incidencia general de la enfermedad a la latitud y la insolación, sino la periodicidad de aparición de brotes en función de la estacionalidad.
A pesar de que hay bastantes evidencias de que la vitamina D que se produce en la piel como consecuencia de la luz solar juega un papel importante en la EM, es imposible saber si el efecto beneficioso del sol es debido a esta vitamina o a otro factor desconocido. Tampoco se ha podido confirmar todavía que la toma de suplementos de vitamina D tenga efectos comparables al de la exposición a la luz solar.
La mayor parte de las investigaciones que muestran cómo la vitamina D podría ayudar a prevenir la Esclerosis Múltiple son estudios epidemiológicos. En este tipo de estudios se han comparado grupos de personas enfermas con otros grupos equivalentes de personas sin la enfermedad para buscar factores diferentes que pudieran influir en desarrollar la enfermedad.
Sin embargo, un dato derivado de los estudios y que si aboga por el papel determinante de esta vitamina en la enfermedad es el que los niveles bajos de vitamina D se asocian a un mayor riesgo de aparición de la enfermedad. En 2014 se ha publicado un interesante análisis a este respecto que recoge y agrupa los datos de 11 estudios previos. El resultado del análisis es concluyente en este sentido a pesar de lo heterogéneo de los estudios de partida.
La severidad de la Esclerosis múltiple se relaciona con los niveles bajos de vitamina D. Un estudio reciente entre personas recién diagnosticadas que iniciaban tratamiento con interferón ß, ha podido concluir que niveles más altos de la vitamina se corresponden con una evolución más lenta de la enfermedad y una menor tasa de actividad en términos de número de brotes y número y volumen de las lesiones. De la misma forma, la intensidad y recuperación de un brote también parecen relacionarse con los niveles de vitamina D, tal como demuestra un reciente estudio en el que se relacionan los niveles bajos de la vitamina con mayor intensidad y peor recuperación de los episodios de neuritis óptica en personas con Esclerosis Múltiple diagnosticada.
La asociación entre niveles de vitamina D y enfermedad se extiende más allá de la Esclerosis Múltiple diagnosticada y establecida. Un estudio publicado recientemente, encuentra niveles de vitamina D consistentemente bajos entre las personas que presentan un brote neurológico aislado sospechoso por la clínica de Esclerosis Múltiple, pero en las que la enfermedad no se ha verificado todavía.
Prevención de la Esclerosis Múltiple con vitamina D
Uno de los principales estudios sobre el papel de la vitamina D en la prevención de la Esclerosis Múltiple se llevó a cabo en Irán y se publicó en 2013. En el se analizó si la administración de suplementos de la vitamina a personas con riesgo de presentar la enfermedad podría reducir el riesgo de aparición. Los resultados del estudio fueron positivos tanto en lo que respecta a la reducción del riesgo de desarrollar la enfermedad como en la reducción del número de lesiones en la RM. En este estudio, las dosis que se utilizaron de vitamina D eran bastante elevadas y a pesar de los resultados positivos, el bajo número relativo de participantes no permite concluir definitivamente que la administración de vitamina D previene la aparición de Esclerosis Múltiple.
Los suplementos de vitamina D no tienen porqué ser la única forma de obtener sus beneficios en la prevención de la enfermedad. De hecho, algún estudio ha relacionado el mayor consumo de pescados grasos, una de las principales fuentes naturales de vitamina D, con la prevención de la enfermedad.
Tratamiento de la Esclerosis Múltiple y vitamina D
Si los suplementos de vitamina D son útiles en el tratamiento de la Esclerosis Múltiple, es algo que todavía no está del todo claro. Los estudios realizados hasta la fecha aportan resultados contradictorios. Algunos estudios demuestran que la vitamina D puede reducir el número de brotes en personas con enfermedad remitente-recurrente, pero otros no son capaces de encontrar ese efecto. Estas diferencias pueden deberse a la forma en que los estudios se han realizado, fundamentalmente en lo que se refiere a:
- La duración del estudio
- La cantidad de vitamina D que se suplementaba
- La pauta de administración de la vitamina D (Diaria o semanal)
- Las personas participantes en los estudios (edad, grupos étnicos)
- Las formas de medir la eficacia
Hasta hoy, la mayoría de estudios para valorar los efectos de la vitamina D se han llevado a cabo en grupos pequeños de personas, por lo que es muy difícil que sus resultados sean concluyentes. Por ello, serían necesarios estudios a largo plazo con muchas personas participantes. Actualmente hay en marcha un par de estudios de estas características.
No obstante, hay algunos antecedentes de cierto valor entre la investigación reciente. En 2012 un estudio realizado en Finlandia quiso valorar el efecto de la vitamina D en los síntomas de la EM remitente-recurrente. Los resultados principales del estudio fueron que la toma de suplementos de vitamina D redujeron de forma significativa el número de nuevas lesiones en la RM pero no hubo diferencias en el número de nuevos brotes clínicos entre quienes tomaban vitamina D o no. Una limitación de este estudio es que no se pudo esclarecer si el efecto positivo podía deberse al tratamiento de la enfermedad con otros fármacos
Otro estudio realizado en 2012 en Noruega no demostró ninguna diferencia ni sobre la aparición de nuevos brotes ni sobre la progresión de la incapacidad. En este caso, los niveles de vitamina D en sangre alcanzados con los suplementos a las dosis establecidas en el estudio fueron prácticamente iguales a los niveles considerados normales en la población general, por lo que quedó la duda de si las dosis utilizadas fueron suficientes para provocar ningún efecto.
Papel de la vitamina D en el metabolismo de los huesos
La vitamina D interactúa con varias moléculas para favorecer la absorción de calcio y fósforo en las células epiteliales del intestino. Además, esta vitamina es un mediador fundamental para activar las células que se encargan de remodelar el hueso, los llamados osteoclastos y osteoblastos. El hueso es un tejido vivo, que se va destruyendo constantemente (por los osteoclastos) y formando (por los osteoblastos), liberando y recogiendo calcio de la sangre.
Cuando hay déficit de vitamina D, se reducen los niveles de calcio en sangre y se provoca un desequilibrio entre la acción de las células del hueso, de forma que aumenta la actividad de los osteoclastos destructores de hueso para liberar calcio del mismo. Como consecuencia, se puede llegar a producir osteopenia y osteoporosis. En los niños además se afecta la mineralización de las zonas de crecimiento de los huesos y aparte de problemas de crecimiento, se pueden producir la llamada osteomalacia, que se caracteriza por facilidad para fracturas, dolores óseos y debilidad muscular.
La inflamación propia de una enfermedad de origen autoinmune, la menor actividad física y el uso de corticoides para tratar los brotes pueden favorecen estos problemas en la Esclerosis Múltiple, por lo que algunos estudios han llegado postular le Esclerosis Múltiple como una causa de osteoporosis.