Los pacientes con enfermedades reumáticas inflamatorias a menudo expresan su deseo de asegurar el éxito del tratamiento médico o bien reemplazar medicamentos antirreumáticos, al menos parcialmente, cambiando diferentes factores del estilo de vida. Esto se ve apoyado por diferentes estudios en los que se describe la influencia de la nutrición, el peso, la actividad física y el nivel de estrés sobre la salud y la esperanza de vida.
Sin embargo, bajo el criterio de la medicina basada en la evidencia, sólo unos pocos factores del estilo de vida tienen influencia probada sobre estas enfermedades. La mayoría de los datos a este respecto son para personas con Artritis Reumatoide, los que demuestran claramente que el estilo de vida es importante con respecto al riesgo y evolución de esta enfermedad.
Una nueva revisión nos proporciona una visión general del alcance y las limitaciones de la evidencia actual con respecto a los diferentes factores del estilo de vida y la Artritis Reumatoide (AR).
- Nutrición
Es difícil responder si la nutrición contribuye a la aparición de la Artritis Reumatoide. Sin embargo, está bien establecido que ciertos alimentos pueden influir en la inflamación. Por otro lado los hábitos dietéticos o nutricionales determinan la composición de nuestro microbioma que cada vez más se ha reconocido su impacto sobre el origen de las enfermedades reumáticas inflamatorias.
Los nutrientes asociados con aumento de nivel de los marcadores inflamatorios incluyen: las carnes rojas y procesadas, los granos refinados, las bebidas energéticas y azucaradas, mientras que el vino, el café y las verduras de hojas verdes se asociaron negativamente con estos marcadores. El aceite de pescado y varios aceites vegetales ejercen efectos beneficiosos para la inflamación y la arterioesclerosis. Varios estudios han informado de una función protectora del pescado principalmente azul.
En general, los cambios en la nutrición no son suficientes como para poder reemplazar al tratamiento médico. Además no hay datos que demuestren que la dieta tenga capacidad de prevenir los daños estructurales que puede ocasionar la enfermedad. Sin embargo, actualmente disponemos de evidencia de que dietas ricas en nutrientes con efecto antiinflamatorio como el aceite de oliva, las nueces, o los pescados grasos reducen el riesgo cardiovascular algo muy importante para pacientes con Artritis Reumatoide que tienen un riesgo significativamente elevado de eventos cardiovasculares importantes.
Se han publicado numerosos informes que defienden efectos beneficiosos de los suplementos nutricionales para las enfermedades reumáticas inflamatorias. En este grupo figuran la curcumina, la canela, el ajo, el azafrán, etc. Estos ingredientes alimentarios poseen múltiples características antiinflamatorias y antioxidantes. Sin embargo, los estudios disponibles hasta el momento son de mala calidad y con poca evidencia científica. De igual forma no disponemos de evidencia científica consistente sobre los beneficios de suplementos de zinc, cobre, magnesio y selenio sobre la actividad de la Artritis Reumatoide.
Por último, una deficiencia relevante de vitamina D y hierro debe tratarse en pacientes con Artritis Reumatoide, aunque una suplementación excesiva no sirve de nada y deberá evitarse.
La Liga Europea contra el Reumatismo (EULAR) recomienda una dieta sana y equilibrada, un peso saludable para pacientes con enfermedades reumáticas y musculoesqueléticas.
- Obesidad/sobrepeso
Se ha encontrado una conexión entre el IMC y el riesgo de Artritis Reumatoide. Pacientes con Artritis Reumatoide que pierden peso experimentan mejoras significativas de la actividad de la enfermedad y de la discapacidad.
La combinación de obesidad y tabaquismo se asocia de manera desproporcionada con el desarrollo y evolución de la Artritis Reumatoide.
- Tabaquismo
Otro factor de estilo de vida modificable es el tabaquismo. La exposición al humo del tabaco es el principal factor de riesgo ambiental conocido para desarrollar Artritis Reumatoide. Por otro lado, fumar conduce a enfermedades pulmonares (enfermedad pulmonar intersticial que aparece hasta en un 10% de los pacientes con AR) y periodontitis (inflamación de las encías) y por lo tanto, a un aumento crónico de la actividad inflamatoria. En pacientes con Artritis Reumatoide, el tabaquismo se asocia a peor pronóstico de la enfermedad. Estudios previos han demostrado peor respuesta de pacientes fumadores al tratamiento con FAME sintéticos convencionales y a los anti-TNF.
- Estrés
El estrés psicosocial crónico se analiza como otro posible factor que influye en el desarrollo de enfermedades crónicas, y los pacientes a menudo sospechan que el estrés psicológico es el desencadenante de su enfermedad. En general, el estrés laboral y el estrés social son más pronunciados en los pacientes con Artritis Reumatoide que en la población general.
Existe literatura científica limitada sobre la posible influencia del estrés psicológico en el desarrollo de esta enfermedad. Sin embargo, el pronóstico de una Artritis Reumatoide establecida parece estar influenciado por el estrés.
- Actividad Física
Hay pocas dudas de los beneficios de la actividad física regular sobre la calidad de vida, el estado cardiovascular y la fuerza muscular en personas con Artritis Reumatoide. Por lo tanto, EULAR recomienda el ejercicio físico regular para este grupo de pacientes.
- Situación económica
Se ha descrito una correlación entre el estatus económico y la salud. En general un estatus económico alto parece estar asociado a mejor salud y viceversa.
- Estado civil y familiar
Los pacientes con Artritis Reumatoide no se divorcian con más frecuencia que las personas en general. Algunos estudios han demostrado que los pacientes casados experimentan menor progresión de la discapacidad de forma significativa. Sólo los pacientes que vivían en un matrimonio sin dificultades tenían menos dolor y discapacidad física en comparación con los pacientes solteros. Ambos resultados defienden el valor del apoyo social y la seguridad para hacer frente a una enfermedad reumática inflamatoria.
En resumen, los factores ambientales influyen en el desarrollo y el curso de la Artritis Reumatoide. Grandes estudios epidemiológicos han identificado al tabaquismo, la alimentación poco saludable y la obesidad/sobrepeso, así como el bajo nivel educativo y el bajo nivel socioeconómico, como factores que aumentan la probabilidad de aparición de Artritis Reumatoide.
El conocimiento del impacto de estos factores de estilo de vida sobre la progresión y el desarrollo de la enfermedad permiten a los médicos brindar un asesoramiento adecuado a los pacientes.
La evidencia actual es suficiente para recomendar a los pacientes con Artritis Reumatoide cumplir con una dieta saludable, prevenir y modificar la obesidad, abandono del hábito de fumar y mantener un buen nivel de actividad física para respaldar o apoyar la eficacia del tratamiento farmacológico actual.
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