La obesidad ha aumentado dramáticamente en todo el mundo durante las últimas décadas. Estudios epidemiológicos sugieren que la obesidad puede estar asociada a un aumento del riesgo de desarrollar Artritis Reumatoide (AR).
Entre los pacientes en los que la Artritis Reumatoide está establecida, la obesidad se asocia con mayor actividad de la enfermedad y mala respuesta a los tratamientos y por otro lado, también se asocia a menor riesgo de daño articular y menor mortalidad.
Un revisión de la documentación científica existente, evalúa las observaciones y resultados sobre la relación entre la obesidad en la Artritis Reumatoide.
Esta revisión nos comunica que:
- Existe una cierta evidencia de asociación modesta entre la obesidad y la posibilidad de desarrollar Artritis Reumatoide, quizás especialmente en pacientes seronegativos y mujeres más jóvenes.
- La obesidad está asociada a un aumento del dolor y la aparición de otras enfermedades (comorbilidad) en la población en general y se asocia con un riesgo significativamente mayor de discapacidad física en muchas poblaciones, incluida aquellas personas que tienen Artritis Reumatoide.
- La inflamación sistémica y una mayor actividad de la AR pueden producir pérdida de peso. Por el contrario, el control de la inflamación en la Artritis Reumatoide puede, posteriormente, dar lugar a un aumento de peso.
- Una pérdida de peso saludable mediante dieta y ejercicio reduce la masa grasa y disminuye el riesgo cardiovascular. Por el contrario la pérdida de peso que se produce debida a la propia enfermedad es a expensas de la masa muscular no de la masa grasa.
- Las personas con obesidad tienen menos probabilidad de responder al tratamiento con anti-TNF y con FAMEs (Fármacos Modificadores de la Enfermedad)
- La obesidad reduce las probabilidades de alcanzar la remisión de la Artritis Reumatoide.
- Los estudios radiográficos han demostrado consistentemente que la obesidad se asocia con un riesgo significativamente menor de daño radiográfico a lo largo del tiempo.
El aumento de masa grasa conlleva a un mayor riesgo de fracturas, y mayor riesgo cardiovascular. En las personas con AR se observa la llamada “paradoja de la obesidad” con una disminución de la mortalidad en personas con Artritis Reumatoide más obesas.
La pérdida de peso a través de dieta y ejercicio, es decir, reducir la masa grasa preferentemente sobre la masa muscular o magra, mejora los resultados cardiovasculares, la función física y la discapacidad en personas con Artritis Reumatoide.
George MD et al. The Obesity Epidemic and Consequences for Rheumatoid Arthritis Care. Curr Rheumatol Rep. 2016 Jan;18(1):6 http://goo.gl/Wq9UwF