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Mayor consumo de aceite de oliva, olivas y nueces puede tener efecto favorable sobre la actividad de la Artritis Reumatoide, especialmente en aquellas formas más graves o de mayor duración, según resultados de un nuevo estudio.
La Artritis Reumatoide (AR) es una enfermedad autoinmune inflamatoria crónica y sistémica. Si no se trata, puede producir un daño progresivo de los tejidos de la articulación y llevar a una deformidad y discapacidad permanente.
Recientemente se han dado pasos muy importantes en el tratamiento médico, principalmente en relación a los nuevos fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FAMES) biológicos y sintéticos. Sin embargo, y a pesar de estos avances, un grupo nada despreciable de pacientes no alcanzan la remisión o el estado de baja actividad de la enfermedad. A pesar de varios cursos de tratamientos, algunas personas permanecen con síntomas y por lo tanto son catalogados como “difíciles de tratar” según definición de la EULAR (Alianza Europea de Asociaciones de Reumatología).
Por todo esto, está aumentando el interés sobre el estilo de vida en el que quedan incluidos los hábitos dietéticos, como apoyo complementario al tratamiento farmacológico de la Artritis Reumatoide. De hecho, las recomendaciones recientes de EULAR destacan la importancia de intervenir sobre los factores de riesgo modificables entre los que figuran el tabaquismo, la inactividad física o la dieta desequilibrada o poco saludable, ya que pueden ejercer un papel importante sobre la actividad de la enfermedad.
En este contexto, los pacientes de Artritis Reumatoide a menudo solicitan asesoramiento dietético a sus médicos, lo que podría considerarse una necesidad no satisfecha.
Según la literatura científica, se ha sugerido que seguir una dieta mediterránea beneficia a muchas condiciones reumatológicas, incluida la Artritis Reumatoide. De hecho, esta dieta puede ayudar a controlar enfermedades asociadas a la AR como son la hipertensión, la hiperlipidemia o aumento de niveles de grasas en sangre, la diabetes, la enfermedad de las arterias coronarias y el riesgo de enfermedad cardiovascular. Además, la dieta mediterránea favorece mejores resultados de la enfermedad inflamatoria subyacente.
Se ha planteado la hipótesis de que el papel antiinflamatorio de la dieta mediterránea está relacionado principalmente con el perfil de ácidos grasos (monoinsaturados o poliinsaturados) con propiedades antioxidantes y que se encuentran principalmente en el aceite de oliva virgen y los frutos secos ricos en omega-3.
Se han publicado los resultados de un nuevo estudio realizado en pacientes italianos con Artritis Reumatoide cuyo objetivo ha sido evaluar el consumo de aceite de oliva, aceitunas y nueces, que son alimentos de fácil acceso y valorar su efecto sobre el control de la actividad de la AR a través del aumento del consumo de estos alimentos relacionado con mayor aporte de ácidos grasos de origen vegetal.
Según los resultados de este estudio, un mayor consumo de aceite de oliva, olivas y nueces generalmente ejerció un efecto favorable sobre la actividad de la enfermedad aunque sin significación estadística. Sin embargo, el efecto favorable fue más fuerte para aquellos pacientes con formas más graves de la Artritis Reumatoide o aquellos con mayor duración de la enfermedad.
Los pacientes podrían considerar usar o aumentar el consumo de aceite de oliva virgen extra (AVOE), aceitunas y nueces, especialmente cuando la AR es grave o de larga duración.
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ARTRITIS REUMATOIDE
