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El conocimiento actual sobre la fragilidad en los pacientes con Parkinson es limitado. Sin embargo, en los últimos años está creciendo el interés por esta relación.
Los criterios para identificar la fragilidad de un individuo consiste en la valoración de la fuerza de agarre (mide la debilidad), la velocidad al caminar una distancia determinada, pérdida de peso involuntaria y evaluación de limitaciones físicas y sentimiento de agotamiento general.
Las personas con enfermedad de Parkinson de larga duración tienen más probabilidades de ser frágiles que aquellas sin esta enfermedad. A pesar de su alta frecuencia de aparición la fragilidad en personas con Parkinson es poco conocida.
Se han publicado los resultados de una revisión sistemática y meta-análisis en el que se estudia qué tan frecuente es la fragilidad entre los pacientes con Parkinson y su impacto en las personas con esta enfermedad.
Se realizó una búsqueda bibliográfica en 4 bases de datos de la literatura científica y se identificaron 1.063 citas de las cuales se revisaron unos 30 estudios para realizar esta revisión.
La fragilidad en personas con Parkinson se relaciona con demencia, caídas recurrente, deterioro cognitivo, hipotensión ortostática, fatiga, alucinaciones, delirio, dependencia en la realización de las actividad de la vida diaria, etc.
Es probable que los pacientes de Parkinson que viven en la comunidad, en sus casas, estén más en forma y sean menos frágiles que las personas que están ingresadas en hospitales o en centros comunitarios.
La duración de la enfermedad, el deterioro motor y la dosis diaria de levodopa necesaria están asociados con la fragilidad. Sin embargo, ésta no es exclusiva d los grupos de mayor edad y, probablemente, sería beneficioso identificar y tratar la fragilidad en personas con Parkinson más jóvenes ya que es frecuente la asociación de fragilidad con peores resultados del Parkinson.
Por lo tanto, se debería evaluar de forma rutinaria la fragilidad en pacientes con Parkinson, por ejemplo: evaluar el riesgo de caídas, valorar el deterioro cognitivo, detectar y tratar la hipotensión ortostática, controlar los síntomas no motores de la enfermedad de Parkinson como son la fatiga y otros y realizar de manera periódica una valoración del estado funcional en general.
En conclusión, la fragilidad es frecuente entre los pacientes con Parkinson. No existe una herramienta universal para detectar la fragilidad entre este grupo de pacientes, por lo que se necesitan más estudios para determinar un método que ayude a identificar a los pacientes frágiles o vulnerables. Independientemente de cómo de identifique, es muy importante su valoración ya que se relaciona con malos resultados de salud, y algunos de ellos podrían tratarse.
La fragilidad en la enfermedad de Parkinson se relaciona con la gravedad motora y la duración de la enfermedad de Parkinson. Se necesitan más estudios que orienten sobre posibles intervenciones para mejorar la fragilidad en este subgrupo de pacientes.
ENFERMEDAD DE PARKINSON
