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27 febrero, 2024 in-pacient.es

Los trastornos musculoesqueléticos son los responsables de más de un tercio de los años vividos con dolor y representan una de las causas más importantes de discapacidad en el mundo.

La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor define el dolor como “una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada a un daño del tejido real o potencial”. Hasta el 80% del dolor crónico tiene su origen en un trastorno musculoesquelético.

La inactividad física y un comportamiento sedentario se asocian con el dolor musculoesquelético crónico, puede agravarlo y está asociado con la discapacidad.

Por otro lado, el ejercicio físico es un tipo de actividad física estructurada, planificada y repetitiva que promueve el mantenimiento o desarrollo de la aptitud física. Realizar ejercicio físico con regularidad se considera una intervención no farmacológica con muchos beneficios para la salud.

El ejercicio físico regular es una opción terapéutica eficaz, económica y segura en el caso del tratamiento del dolor musculoesquelético y no produce los efectos secundarios no deseados de los tratamientos farmacológicos o de las técnicas invasivas. Además de su capacidad analgésica (de aliviar el dolor), el ejercicio físico tiene efectos sobre otras áreas relacionadas con el dolor, como el sueño, las actividades de la vida diaria, la calidad física, la función física y el impacto emocional.

Esta nueva revisión concluye que en general, incluso durante los períodos de dolor agudo, mantener un nivel mínimo de actividad física puede resultar beneficioso. Los programas que combinan varias modalidades de ejercicio (aeróbico, de fortalecimiento, flexibilidad y equilibrio) conocido como “ejercicio multicomponente”, pueden ser más efectivos y mejor adaptados a las condiciones clínicas de cada individuo.

Para el dolor crónico, los mayores beneficios generalmente ocurren con programas realizados con entrenamiento aeróbico y de resistencia, con una intensidad de ligera a moderada, una duración de 60 a 120 minutos y con una frecuencia de dos a tres veces por semana durante 7 a 15 semanas.

Los programas de ejercicios deben adaptarse a las necesidades específicas de cada paciente según las guías clínicas y recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Dado que la adherencia al ejercicio físico es un problema importante, es necesario empoderar a los pacientes y facilitar el cambio de estilo de vida. Existe una evidencia fuerte del efecto analgésico del ejercicio físico en muchas enfermedades como la artrosis, la lumbalgia crónica, dolor de cuello, la  fibromialgia y la Artritis Reumatoide.

De la Corte-Rodriguez H et al. The Role of Physical Exercise in Chronic Musculoskeletal Pain: Best Medicine-A Narrative Review. Healthcare (Basel). 2024 Jan 18;12(2):242. doi: 10.3390/healthcare12020242. 

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