El estudio retrospectivo realizado en Francia y publicado en la revista JAMA, tenía como objetivo valorar los factores de riesgo asociados al COVID-19 en personas con Esclerosis Múltiple (EM) diagnosticadas de la infección. Entre otros se analizaron el posible impacto de los tratamientos modificadores, la edad y otros factores de riesgo.
Desde el inicio de la pandemia, ha habido un gran interés por dilucidar las posibles implicaciones de los tratamientos modificadores de la enfermedad en la EM, y si estos pueden aumentar el riesgo de sufrir infección grave por COVID-19, dado que suprimen la actividad del sistema inmunitario.
En sus recomendaciones sobre COVID-19 publicadas en marzo, la Federación Internacional de Esclerosis Múltiple declaró que «algunos medicamentos para la EM podrían aumentar la probabilidad de desarrollar complicaciones por una infección por COVID-19, pero este riesgo debe equilibrarse con los riesgos de suspender el tratamiento». Diversos organismos y sociedades científicas han abogado desde entonces porque los pacientes con Esclerosis Múltiple no suspendieran su tratamiento y, en cualquier caso, consultaran con sus neurólogos.
Estudio en 347 personas con Esclerosis Múltiple afectadas por el COVID-19
El estudio, realizado por un grupo de investigadores franceses se ha basado en el análisis del registro de datos de 347 pacientes con Esclerosis Múltiple (edad media de 44,6 años) que habían recibido un diagnóstico confirmado o altamente probable de COVID-19 entre el 1 de marzo y el 21 de mayo.
Como parte del estudio, los investigadores recopilaron una serie de información demográfica y clínica de los pacientes, incluidos sus antecedentes neurológicos, comorbilidades, grado de discapacidad derivada de la EM y la gravedad de COVID-19.
La extensión de la discapacidad de los pacientes se determinó utilizando la escala de estado de discapacidad expandida (EDSS). La gravedad de COVID-19 se evaluó utilizando una escala ordinal de siete grados de severidad, en la que una puntuación de 3 significaba hospitalización sin requerir oxígeno suplementario, y una puntuación de 7 representaba el fallecimiento del enfermo.
La mediana de EDSS observada en la población general de personas con EM que participaron en el estudio fue de 2, lo que indica una presencia de discapacidad mínima.
De los 347 pacientes que participaron en el estudio, 73 (21%) tuvieron una puntuación de tres o más en la escala de siete puntos de gravedad de COVID-19, y 12 (3,5%) murieron a causa de la enfermedad.
Mayor riesgo entre quienes nunca habían estado en tratamiento modificador de la Esclerosis Múltiple
Un total de 284 (81,8%) pacientes estaban recibiendo tratamiento con fármacos modificadores. Los análisis mostraron que el porcentaje de pacientes con COVID-19 grave fue mayor entre aquellos que nunca habían estado expuestos a dichos tratamientos, en comparación con aquellos que estaban tomando medicamentos en ese momento: 46,0% frente a 15,5% en el grupo de tratamiento, lo que indica que el uso de modificadores no se relaciona con un mayor riesgo de COVID-19 grave.
El riesgo de COVID-19 grave en personas con EM se asocia a los factores comúnmente identificados en la población general
«Nuestros datos no respaldan un mayor riesgo de resultados graves asociados con los modificadores, lo que debería reforzar la recomendación de no detener los tratamientos actuales y no retrasar el inicio del tratamiento en pacientes que tienen una mayor actividad inflamatoria de la enfermedad, riesgo de recaídas o discapacidad posterior», según señalaron los investigadores.
Por otra parte, los análisis estadísticos encontraron que la edad, tener exceso de peso y un mayor grado de discapacidad eran factores de riesgo independientes para COVID-19 grave entre los pacientes con EM.