El uso de cigarrillos electrónicos («vadeo») se asocia a un riesgo mayor de padecer enfermedades pulmonares como la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) por parte de adultos jóvenes independientemente de si se consume tabaco por otra vía, según un nuevo estudio.
Cada vez es mayor la evidencia que apunta a los riesgos para la salud del uso de cigarrillos electrónicos (o «vapeo»). Pero debido a que los cigarrillos electrónicos se comercializan como una alternativa menos dañina a los cigarrillos tradicionales, ha sido difícil saber si la asociación entre el vapeo y la enfermedad depende de que los fumadores cambian al vapeo cuando comienzan a experimentar problemas de salud.
El estudio, realizado por investigadores de la Facultad de Salud Pública y la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston, es uno de los primeros en analizar el vapeo en una muestra grande de población sana a lo largo del tiempo, independientemente del uso de otros productos de tabaco.
Publicado en JAMA Network Open, el estudio encontró que los participantes que habían usado cigarrillos electrónicos en el pasado tenían un 21 por ciento más de probabilidades de desarrollar una enfermedad respiratoria, y aquellos que eran usuarios actuales de cigarrillos electrónicos veían su un riesgo aumentado en un 43 por ciento.
«Esto proporciona algunas de las primeras pruebas longitudinales sobre los daños asociados a los cigarrillos electrónicos», dice Andrew Stokes, uno de los autores y profesor asistente de salud global.
«En los últimos años hemos visto un aumento dramático en el uso de cigarrillos electrónicos entre los jóvenes y los adultos jóvenes, lo que amenaza con revertir décadas de mejoras muy costosas», dice Stokes. «Esta nueva evidencia también sugiere que podemos ver un aumento en las enfermedades respiratorias a medida que los jóvenes y adultos jóvenes alcancen la mediana edad, lo que incluye asma, EPOC y otras afecciones respiratorias».
La mayoría de las investigaciones anteriores sobre los efectos respiratorios del vapeo han utilizado modelos animales o celulares. En humanos, solo ha habido estudios clínicos a corto plazo.
Para este estudio, los investigadores utilizaron datos sobre 21.618 participantes adultos sanos de las primeras cuatro olas (2013-2018) de la Evaluación de la Población del Tabaco y la Salud (PATH) representativa a nivel nacional, la encuesta nacional más completa de información relacionada con el tabaco y los cigarrillos electrónicos hasta la fecha.
Para asegurarse de que no estaban simplemente viendo a fumadores de cigarrillos cambiar a cigarrillos electrónicos por la aparición de problemas de salud, los investigadores solo incluyeron a personas sin problemas respiratorios cuando entraron en el registro. El análisis incluyó ajustes según se hubieran consumido alguna vez otros productos de tabaco (incluyendo cigarrillos, cigarros, narguile, snus y tabaco soluble) y por el consumo de marihuana, así como para la exposición infantil y actual al tabaquismo como fumador pasivo.
Ajustando todas estas variables, los investigadores encontraron que el uso anterior de cigarrillos electrónicos se asoció con un aumento del 21 por ciento en el riesgo de enfermedad respiratoria, mientras que el uso actual de cigarrillos electrónicos se asoció con un aumento del 43 por ciento. El uso actual de cigarrillos electrónicos se asoció con un aumento del 33 por ciento en el riesgo de bronquitis crónica, un aumento del 69 por ciento en el riesgo de enfisema, un aumento del 57 por ciento en el riesgo de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y un aumento del 31 por ciento en el riesgo de asma.
«Con un diseño de estudio longitudinal y extensos análisis de sensibilidad, el estudio se suma a un creciente cuerpo de evidencia que indica riesgos para la salud a largo plazo del uso de cigarrillos electrónicos para el sistema respiratorio», dice el autor principal del estudio Wubin Xie.
La evidencia de los efectos en la salud del vapeo, de este y otros estudios, remarcan la importancia de estandarizar la documentación del uso de productos de cigarrillos electrónicos en las historias clínicas electrónicas, y presionar a los reguladores para que desarrollen códigos de Clasificación Internacional de Enfermedades para el uso de productos de cigarrillos electrónicos.