El síndrome de piernas inquietas (SPI) es uno de los trastornos del sueño más comunes y onerosos en el curso de la esclerosis múltiple (EM). Partiendo de la constatación de esta realidad, un estudio ha evaluado los síntomas y las consecuencias comunes asociados con la EM y la relación entre los determinantes de la calidad de vida con la gravedad de los síntomas del SPI.
El síndrome de piernas inquietas, también conocido como la enfermedad de Willis-Ekbom, es un problema del sistema nervioso que provoca la sensación de un impulso irrefrenable a levantarse y pasear o caminar. Provoca una sensación de incomodidad a menos que se muevan las piernas. El movimiento detiene la sensación desagradable durante un corto tiempo, pero puede provocar la interrupción del sueño
En el estudio referenciado se analizaron datos de 46 personas con EM, de ellas, 19 padecían SPI y 27 no. La prevalencia de SPI en este estudio fue pues del 41,3%. En comparación com el grupo que no padecía el síndrome de piernas inquietas, aquellos com SPI tenían puntuaciones mas altas en la escala de discapacidad, mas lesiones, mayor duración de la enfermedad y eran mayores. La valoración de gravedad de los síntomas en el grupo con SPI se correlacionó con una mayor ansiedad y una peor calidad del sueño. Además, los autores también observaron correlaciones negativas entre la puntuación de gravedad de los síntomas, la calidad de vida relacionada con la salud y la valoración del dolor.
Los autores de este estudio concluyen que el mismo indica el impacto negativo del SPI en la discapacidad funcional, la ansiedad, la calidad del sueño y la calidad de vida relacionada con la salud de las personas con EM. Desde sus conclusiones hacen un llamamiento a la realización de nuevos estudios que utilicen estrategias de diagnóstico más precisas para identificar el SPI y otros trastornos del sueño, de forma que se pueda aclarar la asociación con la EM y sus implicaciones clínicas.