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Los tratamientos modificadores de la enfermedad pueden aumentar el riesgo de infecciones en la esclerosis múltiple (EM). Debido a que las personas de mayor edad suelen excluirse de los ensayos clínicos, existe una mayor incertidumbre respecto a la seguridad de los tratamientos inmunosupresores en estas personas. Un grupo de investigadores de Suiza se propuso investigar la asociación de los tratamientos modificadores de la enfermedad, el envejecimiento y otras variables clínicas con el riesgo de infecciones en personas con EM.
Para hacerlo llevaron a cabo un estudio observacional prospectivo que recogió información sobre la aparición, tipo y grado de infecciones en pacientes seguidos en el centro de EM, en Lugano (Suiza). Las asociaciones con el riesgo de infección se comprobaron mediante modelos estadísticos de regresión multivariable.
En el estudio se incluyeron un total de 503 pacientes que seguían distintos tratamientos o carecían de ellos y se registraron las infecciones acontecidas durante 12,6 meses: en total 326 registros de infección en el periodo. En comparación con las personas que estaban utilizando modificadores inyectables o ningún tratamiento, como el glatirámero o los interferones, las personas tratadas con anticuerpos monoclonales o fármacos modificadores orales se asociaron positivamente con mayor incidencia de infecciones. Tras excluir las infecciones por COVID-19, el efecto atribuido a los anticuerpos monoclonales fue mayor entre las personas menores de 50 años que entre las que superaban esta edad. La mayor discapacidad y el sexo masculino fueron las únicas variables asociadas a las infecciones graves.
El estudio concluye afirmando que el tratamiento con anticuerpos monoclonales y modificadores orales se asocia con una mayor incidencia de infecciones, con un efecto más fuerte en la personas jóvenes con EM. La discapacidad parece ser el principal factor predictivo de las infecciones graves, independientemente del tratamiento.
ESCLEROSIS MULTIPLE
