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La fatiga es un síntoma común entre los pacientes con Artritis Reumatoide. La fatiga se define como un cansancio extremo, debilidad y agotamiento que reduce considerablemente la calidad de vida de los pacientes. Algunos pacientes lo verbalizan como “se me han agotado las pilas”, “no puedo ni con mi alma”, etc.
Una alta proporción de pacientes con Artritis Reumatoide sufren fatiga que puede aparecer en todas las etapas de la enfermedad y durante el curso del tratamiento. El mecanismo por el que aparece la fatiga no está claro a día de hoy. Se cree que la inflamación juega un papel importante y se asocia con la gravedad del dolor y con factores psicosociales como la depresión.
Dado que la fatiga puede resultar de una interacción compleja entre diferentes factores, deberemos tener en cuenta a la hora de valorar la fatiga: la actividad de la enfermedad, el dolor, discapacidad, factores psicosociales y personales como el afrontamiento (forma en la que una persona hace frente a una situación de estrés), el trabajo, las creencias y los comportamientos de las personas.
Los ensayos clínicos han demostrado que los tratamientos utilizados en la Artritis Reumatoide tienen un efecto moderado en la mejora de la fatiga al reducir el dolor y la inflamación. Sin embargo, la evidencia disponible respalda la actividad física e intervenciones cognitivo-conductuales como enfoques prometedores para reducir la fatiga.
La fatiga también es un síntoma frecuente entre los pacientes con cáncer. En este tipo de pacientes puede tener múltiples causa como el propio tumor, los tratamientos, el dolor, la angustia emocional, la anemia, los trastornos del sueño, déficit nutricionales, etc.
Se han publicado los resultados de un nuevo estudio en el que se investiga el grado de fatiga de los pacientes con Artritis Reumatoide en comparación con pacientes con cáncer. Hasta donde sabemos es el primer estudio que compara directamente los niveles de fatiga entre estos dos grupos de pacientes.
Un hallazgo importante en este estudio es que la fatiga física (agotamiento corporal, sensación de debilidad) fue mayor en los pacientes con Artritis Reumatoide que en los pacientes con cáncer. El nivel más alto de fatiga física se encontró en los pacientes con Artritis Reumatoide con un alto nivel de actividad de la enfermedad y mayor grado de secuelas sociales. Sin embargo, los pacientes con cáncer presentaron puntuación más alta en relación a la fatiga cognitiva o “cansancio mental” (desgana, pérdida de interés, problemas de concentración, trastornos de la memoria y en la velocidad de procesamiento de la información o pensamientos, etc.) que los pacientes con Artritis Reumatoide.
Los investigadores de este estudio concluyeron que el nivel de fatiga en los pacientes con Artritis Reumatoide debe tenerse en consideración, porque era comparable e incluso en algunos casos mayor, que el nivel de fatiga en los pacientes con cáncer.
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ARTRITIS REUMATOIDE
