Se han publicado los resultados de lo que consideramos el primer estudio que valora los efectos del ejercicio sobre la función cognitiva en pacientes con Artritis Reumatoide.
Muchos pacientes con Artritis Reumatoide tienen además otras enfermedades asociadas que aumentan el riesgo de mortalidad, como es la enfermedad cardiovascular.
Existen riesgos evitables o que podemos modificar, tales como el aumento de peso, comer una dieta saludable y participar de forma regular en actividades aeróbicas ya que una gran proporción de pacientes con Artritis Reumatoide tienen tendencia a no realizar ejercicio y presentar obesidad o sobrepeso.
Por otro lado, y menos conocido, es que hasta un 30% de los pacientes con Artritis Reumatoide pueden presentar deterioro cognitivo lo que contribuye significativamente a la aparición de otras enfermedades y la falta de participación activa en aspectos modificables de la enfermedad. Este deterioro cognitivo puede presentarse como alteraciones en la función ejecutiva con pérdida de memoria, dificultad de razonamiento, falta de planificación, concentración y resolución de problemas.
Hasta el momento no se han aclarado los motivos por los que aparece esta disfunción cognitiva, se cree que pueden ser por la inflamación sistémica que también puede afectar al cerebro; por los factores de riesgo cardiovascular; como consecuencia del dolor, la fatiga y los trastornos del sueño; por efecto de los tratamientos utilizados para el control de la propia enfermedad articular, etc. Sin embargo, sabemos que la función cognitiva mejora con la actividad física regular.
En un estudio irlandés de reciente publicación, se han investigado los efectos de un programa de ejercicio sobre la composición corporal, la capacidad aeróbica, la fuerza muscular y la cognición de 66 pacientes con Artritis Reumatoide. Este grupo de pacientes fueron asignados al azar al grupo de ejercicios personalizados o bien al grupo de atención estándar.
Según los resultados de este estudio se demuestra que el ejercicio es factible y seguro entre los pacientes con Artritis Reumatoide.
Los beneficios de un programa de ejercicio físico personalizado después de 3 meses, mejoraron la actividad de la enfermedad, con una reducción significativa de los niveles de PCR (Proteína C Reactiva) lo que implica que la actividad física reduce la inflamación sistémica en pacientes con Artritis Reumatoide.
El ejercicio físico mejoró de forma significativa la fuerza de agarre en ambas manos para el grupo de ejercicio, lo que conlleva una disminución de la discapacidad.
Tanto el ejercicio aeróbico como el de resistencia redujeron los niveles de fatiga en pacientes con Artritis Reumatoide.
El exceso de grasa visceral abdominal conlleva mayor riesgo de enfermedad cardiovascular tanto en pacientes sanos como en pacientes con Artritis Reumatoide. Uno de los principales hallazgos de este estudio fue el impacto constante de la actividad física sobre los factores asociados a la enfermedad cardiovascular, que es la principal causa de muerte entre los pacientes con Artritis Reumatoide. En este estudio se observó reducción significativa de la grasa del tronco y de la circunferencia de la cintura en el grupo de ejercicio.
El ejercicio tuvo un impacto positivo sobre la cognición en pacientes con Artritis Reumatoide, presentándose una mejora significativa después de 3 meses.
Hasta el momento no se ha demostrado que ningún medicamento reduzca la demencia o el deterioro cognitivo relacionado con la edad en pacientes con Artritis Reumatoide. Por lo tanto, el ejercicio físico estructurado parece ser una intervención no farmacológica importante para esta condición.
Estos datos sugieren que un programa de ejercicio personalizado tiene beneficios considerables para los pacientes con Artritis Reumatoide, por lo que la práctica de ejercicio regular debe formar parte integral de la gestión y control de estos pacientes.
Si tienes Artritis Reumatoide ¡Ponte en marcha! Crea tu propio plan de ejercicios personalizado y adaptado a tu condición.
Muy interesante 🙂