El impacto de un año de dieta rica en verduras y vegetales sobre los niveles de lípidos y colesterol en sangre, y la fatiga en personas con Esclerosis Múltiple secundariamente progresiva han sido el objeto de un estudio recientemente publicado.
A pesar de las limitaciones, al tratarse de un estudio piloto, los investigadores han seguido una camino ya sugerido por anteriores ensayos que apuntaban a los beneficios de determinadas dietas sobre la fatiga, un problema para el que los tratamientos farmacológicos disponibles hasta la fecha son escasos y con eficacia limitada. El impacto de los cambios en lípidos y colesterol sobre los procesos inmunes y neurodegenerativos les llevó a plantear la hipótesis de que su modificación a través de la dieta podría tener un efecto positivo sobre la fatiga.
Si futuros estudios de mayor extensión terminan de confirmar los resultados, el seguimiento de los lípidos en sangre podría ser útil para dirigir las decisiones terapéuticas encaminadas a reducir la fatiga en personas con Esclerosis Múltiple.
Para realizar el estudio los participantes siguieron una dieta rica en frutas y verduras, proteínas vegetales y animales, y que excluía los lácteos, huevos y cereales con gluten. Tras doce meses de dieta se observaron los efectos sobre los niveles de lípidos y colesterol, e Índice de Masa Corporal. Para determinar el nivel de fatiga antes, durante y al final del periodo se utilizaron escalas específicas. En el grupo de pacientes estudiado, los niveles de fatiga mejoraron en relación con los niveles de colesterol HDL, el que popularmente se conoce como «colesterol bueno» y la reducción del colesterol total.
Los resultados positivos del estudio piloto justifican el esfuerzo a dirigir hacia la realización de estudios más grandes, pues confirman la posibilidad de que los marcadores lipídicos, en particular los niveles de colesterol total y HDL puedan contribuir a mejorar la fatiga en la Esclerosis Múltiple.