Muchas personas con Esclerosis múltiple han experimentado alguna vez el empeoramiento de los síntomas cuando llega el calor del verano. Desgraciadamente, este fenómeno puede ser muy limitante para algunas personas, ya que puede condicionar su vida durante el periodo de verano y la elección de los sitios de vacaciones. Con cierta frecuencia quien padece la enfermedad se resigna a tener que quedarse en casa sin poder disfrutar de unos días que son de actividad para el resto de la familia.
La intolerancia al calor en la Esclerosis Múltiple se presenta como pseudoexacerbaciones, de forma que los síntomas empeoran con la exposición al calor. Esto no tiene nada que ver con un verdadero brote, ya que cuando la temperatura corporal vuelve a la normalidad, los síntomas desaparecen. Los síntomas no están producidos por la inflamación ni la aparición de nuevas lesiones desmielinizantes.
La intolerancia al calor se produce porque la elevación de la temperatura corporal enlentece más la transmisión nerviosa en las fibras desmielinizadas. A veces basta medio grado o un cuarto de diferencia de temperatura para hacerlo evidente.
Además del efecto del calor sobre la conducción nerviosa, las personas con Esclerosis Múltiple pueden tener problemas para regular la temperatura corporal en respuesta a los cambios externos a través por ejemplo, de la sudoración.
Los síntomas principales de este fenómeno suelen ser:
- Debilidad y cansancio
- Fatiga
- Entumecimiento de las extremidades
- Lentitud de reflejos y dificultades cognitivas.
- Visión borrosa ( Llamada signo de Uhthoff)
Además, los síntomas previos de la enfermedad se pueden intensificar, incluso hasta el punto de que alguno de ellos que prácticamente no era percibible se hace evidente. Esto es lo que pasa por ejemplo con el signo de Uhthoff, que desenmascara un cierto grado de neuritis óptica que a lo mejor no se había llegado a manifestar nunca.
La intolerancia al calor es muy diferente de unas personas a otras tanto en lo que respecta al nivel de temperatura necesario para que aparezca como a la intensidad y la duración de los síntomas. Algunos estudios han llegado a cifrar en un 70% el número de personas que sufren este problema.
Cuando se presente intolerancia al calor, las medidas a adoptar son las mismas que las que debemos tomar en caso de una ola de calor para evitar sus consecuencias. A continuación encontrarás unos cuantos consejos prácticos: