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La Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII), en la que se incluye la enfermedad de Crohn y la Colitis Ulcerosa, se caracteriza por un trastorno inflamatorio crónico de aparición recidivante que afecta mayoritariamente a adultos jóvenes (alrededor de los 20 años de edad).
Los pacientes con EII soportan una carga física, psicológica y económica importante y está relacionada con el desarrollo de su enfermedad, las hospitalizaciones, las posibles intervenciones quirúrgicas, la discapacidad laboral, etc.
La calidad de vida en relación a la salud es un concepto que incluye dominios relacionados con factores físicos (historia natural de la enfermedad y tratamientos), factores mentales o psicológicos ( ansiedad y depresión) y factores sociales (situación laboral y social).
La ansiedad y la depresión son los trastornos psicológicos más frecuente en pacientes con EII y pueden llevar a mayor riesgo de recaídas de la enfermedad y a un mal cumplimiento con el tratamiento.
Una revisión sistemática de la literatura ha sugerido que el tratamiento psicológico/psiquiátrico de estos pacientes puede ser eficaz para reducir estos trastornos psicológicos, mejorar los síntomas gastrointestinales y también la actividad de la EII.
Estudios previos han comunicado la relación compleja y bidireccional a través del eje intestino-cerebro. De tal forma que los pacientes con EII y enfermedad activa pueden tener un riesgo 6 veces mayor de presentar síntomas de ansiedad. Por lo tanto, la aparición de ansiedad y depresión puede estar relacionada con las manifestaciones intestinales mediante el desequilibrio del eje intestino-cerebro.
Se han publicado los resultados de una revisión de la literatura reciente en la que los investigadores concluyen que:
- La ansiedad y la depresión son comunes entre los pacientes con Crohn o Colitis Ulcerosa y pueden afectar de forma importante a su calidad de vida y al curso de la EII.
- El aumento del número de casos de pacientes con EII y trastornos psicológicos requiere que se realice una evaluación psicológica precoz, es decir desde el momento del diagnóstico de la EII.
- Es necesario y factible realizar controles psicológicos rutinarios, al menos una vez al año, ya que la valoración y control de los factores psicológicos son esenciales para una gestión adecuada de la EII debido a la existencia de interacciones complejas entre la salud física y emocional de estos pacientes.
- Las intervenciones psicológicas son tan importantes o más que los tratamientos farmacológicos. Las intervenciones conductuales pueden mejorar los resultados, el cumplimiento del tratamiento y la prevención de la recurrencia de la EII.
Una gestión integral de un paciente con EII, en la que participen tanto gastroenterólogos, psicólogos, psiquiatras, nutricionistas, etc., debe ser la atención estándar de estos pacientes.
ENFERMEDAD INFLAMATORIA INTESTINAL
