El primer test sanguíneo para seguir el curso y diagnosticar la Esclerosis Múltiple podría estar disponible en breve. La Esclerosis Múltiple es una enfermedad que afecta a más de 2 millones de personas en el mundo y que hasta ahora carece de pruebas sencillas para su valoración y predecir su evolución.
Un equipo de científicos de la universidad Maquarie de Australia han dirigido los esfuerzos internacionales en un trabajo de 12 años para identificar este biomarcador, que puede determinar qué tipo de enfermedad tiene una persona con una precisión de un 85 – 91%.
La Esclerosis Múltiple puede evolucionar de diferentes formas, como enfermedad remitente recurrente, progresiva de forma primaria y progresiva de forma secundaria. Estas tres formas básicas de enfermedad se relacionan con alteraciones distintas del sistema inmune y tienen un impacto y una evolución muy diferentes. Hasta ahora resulta difícil y poco preciso diferenciar qué personas pueden seguir una forma u otra de evolución de la enfermedad, y esto tiene implicaciones importantes no solo desde el punto de vista del pronóstico si no de la elección del tratamiento más adecuado.
La prueba consiste en la determinación de los metabolitos (productos del metabolismo) de la vía de la kineurina que determinan la actividad tóxica a nivel celular en el receptor N-metil-D-Aspartato.
Esta investigación no solo permitirá la diferenciación entre los tres tipos de EM, si no que tiene implicaciones potenciales en otras enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson.