Comprender el tipo de comunicación entre los médicos y los pacientes es crucial para conocer cómo se maneja una enfermedad.
En la Enfermedad Inflamatoria Intestinal (Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa) la comunicación clínica afecta a la satisfacción del paciente, a la adherencia al tratamiento, a la calidad de vida del paciente, la gestión de la enfermedad y el autocuidado/autosuficiencia.
La toma de decisiones compartida entre el médico y el paciente y el tratamiento con un objetivo, ha ganado impulso en los últimos años. Esto significa un enfoque colaborativo en que se involucra tanto el médico (equipo multidisciplinar que cuenta con la participación de varios especialistas) y el paciente. Implica la evaluación conjunta de beneficios / riesgos, decisiones, seguimiento y optimización para lograr un control de la enfermedad y mejora de los síntomas. En este sistema, el paciente tiene papel clave en las decisiones ganando un reconocimiento en la investigación de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII).
Se han publicado los resultados de una revisión sistemática de la literatura científica publicada al respecto en la que nos revela que no se ha prestado suficiente atención al diálogo de la consulta.
Históricamente las enfermeras de Enfermedad Inflamatoria Intestinal se han identificado únicamente como transmisoras de información sobre nuevos tratamiento. Sin embargo, esto ha cambiado recientemente.
Los hallazgos en la actualidad sugieren la importancia de que las enfermeras susciten un debate sobre el tipo de información que utilizan los pacientes (on-line o vía web) para ayudarlos a comprender los medicamentos propios de la Enfermedad Inflamatoria Intestinaly situar la enfermedad y el tratamiento en su vida.
En relación a la comunicación entre el médico y el paciente, esta revisión sugiere que la atención de la EII sigue siendo, en muchas ocasiones, centrada en la enfermedad debido a una consulta estrechamente estructurada en torno a la agenda del profesional consultor en la que se incluye la finalización de registros médicos electrónicos y revisión de los resultados de las pruebas, de tal forma que la calidad de vida del paciente no se aborda por completo durante la consulta. La toma de decisiones compartidas, en ocasiones, se ve comprometida por falta de negociación explícita en el entorno de objetivos del tratamiento.
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